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“Galicia me gusta toda: su gente, su forma de sentir, su hospitalidad”

Ana Fernández-Teijeiro es ourensana de Puebla de Trives, localidad en la que su padre estaba destinado como médico y donde pasó una infancia que recuerda feliz, con cierta morriña –confiesa- pero plena de referencias familiares y culturales que le han acompañado toda su vida.

Su evolución profesional le ha llevado a Sevilla, donde es jefe de Sección de Onco-Hematología Pediátrica del Hospital Virgen de la Macarena, pero antes pasó por Barcelona, Bilbao y diversas estancias en Estados Unidos. Actualmente es presidente de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (SEHOP) y coordinadora nacional para dos estudios internacionales para linfoma Hodgkin (Euronet-C2) y ependimoma (SIOP-Ependymoma II).

Espectacular vista desde los Balcones de Madrid, en la Ribeira Sacra.

¿Viaja a menudo a Galicia? ¿A dónde?
Procuro ir al menos una vez al año: La Coruña para ver a mi familia, a Vigo y a Orense para ver amigos, a Santiago de Compostela porque me encanta. Desde estos sitios procuro aprovechar para visitar y reconocer rincones: Ribeira Sacra, Costa da Morte, desembocadura del Miño… y Puebla de Trives, claro.

¿Qué relación mantiene con su tierra?
A pesar de haberme criado fuera de Galicia desde los 5 años, siempre ha estado presente en mi vida a través de mis abuelos y a través de mis padres. Gracias a mis abuelos que hablaban gallego en casa la lengua gallega es para mí muy familiar y la entiendo sin problema. A través de ellos conocí detalles de la historia de mi familia: la Galicia rural, la emigración de principios del siglo XX, la Guerra civil, la postguerra…

Mis padres siempre mantuvieron su sentimiento de gallegos, su “galleguidad”. De niña, en las vacaciones de verano siempre pasábamos unas semanas en Galicia para visitar a la familia. Los viajes en coche fueron una escuela perfecta del folclore que me permitió aprender muchas canciones gallegas. Además, mi padre siempre nos inculcó la lectura de la poesía de Rosalía.

¿Cuál es su lugar preferido?
Galicia me gusta toda. Me gusta su gente, su forma de sentir, su hospitalidad, su gastronomía, la variedad de sus paisajes, tanto la costa como la Galicia interior. Muchos de mis rincones favoritos van unidos seguramente a vivencias y personas que hacen que sean muy especiales: Santiago de Compostela, el Paseo de la Marina en La Coruña, el casco antiguo de Orense, las Burgas, el monte Santa Tecla y la vista de la desembocadura del Miño, El Barquero, las playas de Mera, Gandarío, Bastiagueiro, Laxe o Sabarís, Santa Comba de Bande, muchos lugares entrañables.

A pesar de haber nacido cerca, mi descubrimiento de los últimos años ha sido la Ribeira Sacra. Tuve oportunidad de recorrerla en toda su magnitud por el río y por carretera y me impactó, sin duda es uno de los paisajes más espectaculares que he visitado. Me impresionó mucho y sé que necesito volver allí.

¿Cuándo y de qué siente morriña?
Posiblemente siento morriña de mi infancia, de lo que fui en esos primeros años en Puebla de Trives, de mis abuelos y de las personas que me acompañaron en esa época. Tuve una infancia muy feliz.

Ana Fernández-Teijeiro en Puebla de Trives, frente a la casa en la que nació.

Alumna de un jovencísimo Ángel Carracedo

¿Dónde estudió Medicina?
Estudié Medicina en la Facultad de Medicina de Santander

¿Por qué tomó esta decisión?
Desde pequeña dije que quería ser médico.

¿Tenía antecedentes familiares?
Supongo que en mi decisión ayudó mucho que mi padre fuera médico y yo pudiera ser testigo desde niña de su vocación de servicio a los demás y de curar y cuidar a las personas enfermas.

¿Qué recuerdo guarda de su universidad?
Los seis años de Facultad en Santander fueron unos años preciosos y fundamentales desde el punto de vista personal y profesional. Nuestra promoción fue la primera en acceder a la Facultad con numerus clausus. En mi curso esto se tradujo en unos compañeros excelentes, muy competitivos, que nos obligaba a superarnos en cada examen. Pero a la vez convivimos mucho y establecimos vínculos personales muy fuertes que aún perduran. La Novena Promoción de Medicina de Santander de la que nos sentimos tan orgullosos.

¿De qué profesores mantiene una memoria más vívida?
Sin duda el catedrático de Farmacología, Dr. Jesús Flórez Beledo, fue un profesor extraordinario cuyas clases estaban siempre llenas y además con una gran humanidad. También recuerdo con mucho cariño a mis catedráticos de Anatomía, los Dres. Ojeda, Porrero y Hurlé. Y tengo que destacar la sorpresa e impresión que me dejó el Dr. Ángel Carracedo. Por problemas de salud de la titular, el Dr. Carracedo, muy joven, vino a impartir la asignatura de Medicina Legal en 6ª curso, en 1985. He tenido la suerte de poder recordarle este detalle y como me gustaron sus clases entonces, siempre tan sencillo y docente, sin saber que se convertiría en la referencia nacional e internacional en Medicina Legal y Genómica que es hoy.

¿Continúa en contacto con sus compañeros de promoción?
Sí, conservo amigos a los que veo periódicamente y sobre todo un grupo de ocho amigas que nos reunimos para cenar en Santander en Navidad y en agosto y con las que realizo un viaje corto cada año. Con el resto de la Novena Promoción de Medicina de Santander celebramos una cena quinquenal que precisamente esperamos poder tener en diciembre de 2020 para celebrar los 35 años del fin de la carrera.

“Siempre quise ser pediatra”

¿Dónde y en qué circunstancias se desarrolló su carrera tras la universidad?
Tenía claro que quería especializarme y preparé el MIR.

¿Cuál es su especialidad? ¿Y los sitios más relevantes en los que ha desarrollado su carrera?
Realicé la especialidad Pediatría en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Cuando terminé la residencia me incorporé como adjunto a la Unidad de Onco-Hematología Pediátrica del Hospital de Cruces-Vizcaya con el Dr. Bezanilla como jefe de Onco-Hematología y el Dr., Rodríguez Soriano como jefe de Pediatría. Tras la jubilación del Dr. Bezanilla, la Dra. Navajas fue mi jefe durante 15 años y la persona que más me ha marcado desde el punto de vista profesional. En 2002 realicé una estancia formativa en el Children´s Hospital y Dana Farber Institute de Boston. En 2008 decidí aceptar el reto de la jefatura de Sección de Onco-Hematología Pediátrica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. Como el hospital es unidad de referencia nacional (CSUR) de retinoblastoma en 2010 amplié mi formación en los programas de retinoblastoma del Children’ Hospital de Los Ángeles y en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.  

Con su familia de visita en la Ribeira Sacra en 2017.

¿Qué le hizo decidirse por su especialidad?
Yo siempre quise ser pediatra y sin duda influyó también que mi padre fuera pediatra y que yo le hubiera ayudado en su consulta muchas tardes. Me encantan los niños y me gusta trabajar con los niños, es muy agradable y permite ser muy natural y espontáneo y sus sonrisas y ocurrencias reconfortan siempre. Después, durante el MIR en el Hospital Vall d’Hebron, durante mi rotación de R2 por Oncología Infantil con el Dr. Sánchez de Toledo ya me di cuenta de que me gustaba la subespecialidad.  Me gustó la patología y las posibilidades de continuar mejorando, me gustó la manera de afrontarlo y, yo vi que era capaz de soportar los días duros sin repercusión grave en mi vida personal. Así que de R3 ya decidí que haría la subespecialidad en mi último año de R4 y completé la formación también en Hematología con el Dr. Ortega, pionero de la Hematología y el trasplante de progenitores pediátricos en España. Y hasta ahora. Es un trabajo que me ha dado grandes satisfacciones personales y profesionales.

¿Se ha arrepentido alguna vez de aquella elección? ¿Decidiría hoy lo mismo?
Nunca me he arrepentido de mi elección. Si me decidí por una especialidad de entrada tan dura es porque me sentía capaz de afrontar la parte más dura sin que repercutiera en mi vida ni en mi entorno personal. Y sin duda volvería a escoger la especialidad de Pediatría y la subespecialidad de Onco-Hematología. Es un trabajo que me ha dado grandes satisfacciones personales y profesionales.

¿Qué es lo mejor de su profesión?
Lo mejor es que podemos curar a muchos pacientes. Actualmente en España los niños con cáncer tienen una supervivencia del 80% a los 5 años, es decir, podemos curar a 8 de cada 10 niños con cáncer, algo impensable hace 30 años.

¿Y lo peor?
Lo peor, lo más duro, es no poder curar a todos los niños y asumir nuestra impotencia. A pesar de los años y la experiencia uno siempre acusa la pérdida de un paciente y el dolor que ocasiona a su familia. En este sentido, un aspecto muy duro de nuestra especialidad es la comunicación de malas noticias: la comunicación a las familias del diagnóstico inicial, siempre inesperado y difícil de entender y asumir; peor todavía es más duro comunicar el diagnóstico de recaída y sobre todo cuando ya no hay posibilidades de curación y sólo podemos ofrecer los cuidados paliativos. Y todavía más duro es informar a un adolescente sobre su diagnóstico o la evolución de su enfermedad. Los días que yo tengo estas conversaciones tan profundas, tan emotivas, tan duras, después necesito desconectar y busco actividades que me recolocan: deporte, lectura, película o series relajadas, charla con amigos.  

La doctora Ana Fernández-Teijeiro con una jovencísima paciente.

En estos tiempos de superespecialización, ¿cuál su área profesional principal?
Dentro de la Pediatría yo me dedico a la subespecialidad de Onco-hematología pediátrica. Como mi hospital es unidad de referencia (CSUR) actualmente estoy muy centrada en el retinoblastoma. Además, leucemias, Hematología no maligna, linfoma Hodgkin y ependimoma.

¿Clínica o investigación?
Realizo investigación clínica y actualmente soy la coordinadora nacional para dos estudios internacionales para linfoma Hodgkin (Euronet-C2) y ependimoma (SIOP-Ependymoma II).

¿Cómo ha avanzado su especialidad desde que comenzó a ejercer hasta hoy, qué es lo que más le llama la atención al respecto?
De acuerdo con los datos del RETI-SEHOP actualizados en mayo 2019, la supervivencia de los niños menores de 14 años con cáncer en España es del 80% lo que supone un incremento del 30% desde que yo inicié mi andadura.

Un reto nuevo en cada etapa

¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha enfrentado? ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo y como lo ha superado?
Retos ha habido muchos en cada una de las distintas etapas. Un reto importante fue superar el “numerus clausus” para entrar en la Facultad de Medicina.

Muy importante fue obtener una buen número de MIR para realizar el MIR en el Hospital Vall d’Hebron. Ya en el Hospital de Cruces fue un reto el aprendizaje y crecimiento dentro de la subespecialidad de Onco-hematología pediátrica y desde luego, cada paciente es un reto. También lo es el cuidado de aquellos pacientes que no podemos curar y a los que debemos garantizar los mejores cuidados paliativos hasta el final de la vida.

Ya en Sevilla, como jefe de sección de Onco-Hematología pediátrica fue un gran reto conseguir la acreditación de nuestro hospital como unidad de referencia (CSUR) para retinoblastoma en diciembre de 2008. Actualmente estamos pendientes de conseguir la acreditación como centro de referencia europea dentro de la red Paed-Can.

Entre 2013 y 2017 me encomendaron la dirección de la Unidad Intercentros de Oncología pediátrica de los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena. A pesar de conseguir mejorar la ordenación de los niños y adolescentes con cáncer en Sevilla y las CSUR de sarcomas infantiles y neuroblastoma para el hospital Virgen del Rocío, razones políticas obligaron a la disolución de la unidad intercentros en enero de 2017 lo que supuso una gran decepción después de años de duro trabajo.

En los años en Cruces como coordinadora nacional  fue un gran reto la incorporación de nuestro país en 2008 al estudio Euronet-C1 para enfermedad de Hodgkin fue un gran logro que posibilitó incluir 105 pacientes españoles. En estos últimos años también como investigadora principal hemos podido poner en marcha los estudios Euronet-C2 para enfermedad de Hodgkin y el SIOP-Ependymoma II, actualmente en fase de reclutamiento.

Como presidente de la Sociedad Española de Hematología y Oncología pediátricas (SEHOP) desde 2016 el reto más importante ha sido la puesta en marcha y consolidación de la plataforma ECLIM-SEHOP para apoyar la puesta en marcha y desarrollo de ensayos clínicos y registros en cáncer infantil y hemopatías. Todavía quedan otros retos importante pendientes en los que estamos trabajando con las autoridades sanitarias y como son la ordenación de la asistencia del cáncer infantil en España y el reconocimiento de nuestra subespecialidad.   

Imagen de la celebración del XXV aniversario de Asomega en mayo de 2019. En la imagen Aniceto Charro y Francisco Javier Ruza, expresidentes de Asomega; José Ramón Ónega López, director de la Casa de Galicia de Madrid; Ana Fernández-Tejeiro; Rafael López, jefe de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela; y Julio Ancochea, presidente de Asomega.

Esfuerzo y disciplina, claves

¿Cómo motivaría para que alguien escoja este camino en su profesión? ¿Qué le recomendaría a las jóvenes que hoy comienzan?
Es fácil recomendar la especialidad de Pediatría, es muy gratificante trabajar con niños y adolescentes, es una especialidad muy completa, posibilita el trabajo tanto en atención primaria como en hospitalaria y, pendiente de su reconocimiento oficial, las distintas subespecialidades están muy desarrolladas. Pero para escoger la subespecialidad de Onco-Hematología  no basta con la elección, no es una opción más, es necesario tener muy claro lo que implica y asumir la complejidad y las distintas facetas de este área.

Mi recomendación sería escoger un buen centro para formarse y aprender de los maestros con los que uno se encuentre, estudiar mucho, trabajar duro, mucha disciplina, intentar realizar estancias en unidades de hospitales de fuera de España para ver otras formas de trabajo, aprender a comunicar,  leer mucho para profundizar en el conocimiento de la naturaleza humana,  y aprender a cultivar vías de escape para que la dureza del trabajo no repercuta en la vida personal.

¿Cómo ha influido nuestra cultura en el desarrollo de su profesión?
Provengo de dos familias muy trabajadoras que son un ejemplo de superación. Mis bisabuelos pertenecían a la Galicia rural de finales del siglo XIX con toda su dureza. Tanto en mi familia materna como paterna hubo emigración a Cuba y Argentina buscando mejorar sus vidas, asumiendo el riesgo de la aventura y el desgarro de la separación, y que con mucho trabajo y esfuerzo consiguieron prosperar, bien para afincarse definitivamente en América o para volver a España y continuar la vida en mejores condiciones.

El Covid-19 y la investigación

La actual pandemia está poniendo de relieve la sanidad en general y dando valor al papel de la investigación. ¿Cómo cree que va a dibujarse el panorama de estos dos sectores tras esta profunda crisis?
A pesar de contar con un sistema sanitario del que siempre nos hemos sentido orgullosos esta crisis ha puesto de manifiesto el tremendo desastre y descoordinación que supone que España cuente con 17 servicios de salud y un Ministerio inoperante. Creo que será necesario plantear programas nacionales coordinados desde el Ministerio, no sólo para pandemias como la actual, si no para otras situaciones y patologías en las que se necesita una ordenación y coordinación centralizadas. Por otro lado, una amenaza como la pandemia Covid-19 obliga a apoyar la investigación básica y clínica para poder así llegar a conocer mejor la naturaleza del virus y las mejores alternativas terapéuticas para los pacientes con enfermedad grave.

La investigación ha sido tradicionalmente la” hermana pobre”. ¿Cómo cree que debería dibujarse el panorama a partir de ahora en lo que respecta al papel de las administraciones, las universidades y la empresa en este ámbito?
Es fundamental la colaboración entre instituciones, universidad, hospitales, Ministerio. Pero es fundamental facilitar la colaboración de instituciones y empresas privadas que con su apoyo económico y recursos garantizan la viabilidad de muchos proyectos. Es muy importante garantizar la continuidad de los equipos de investigación y la no dependencia de becas anuales cuando los proyectos todavía están en desarrollo.

Con María Rodríguez Vázquez, también miembro de la Junta Directiva de Asomega y responsable de Asomega Muller, durante el I Encontro de Médicos Galegos que organizó la asociación en septiembre de 2019.

Espíritu crítico y meritocracia

Usted ha desarrollado una carrera profesional notable, logrando reconocimiento en un entorno mayoritariamente masculino. ¿Ha experimentado mayores dificultades o condicionantes específicos para avanzar en su carrera?
No, la verdad es que nunca he sentido esa discriminación. Si alguna vez una convocatoria en la que he participado no se ha resuelto favorablemente para mí no ha sido por razón de mi género. Creo en la meritocracia y creo que esa es la manera en que se debe gestionar la carrera profesional y la cobertura de plazas.

A partir de su experiencia concreta en el mundo laboral, ¿considera que hoy día están equiparadas las oportunidades para hombres y mujeres en su entorno?
La lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, el feminismo, se inició en el siglo XVIII. La primera mujer en obtener el título de licenciada en Medicina fue Dolores Aleu, una pionera catalana que aprobó el examen en 1882 con un excelente se doctoró y tuvo una consulta propia en Barcelona durante 25 años. En la orla de Medicina de mi padre en 1959 eran 27 varones una única mujer. En la mía en el año 1985 un 50% éramos ya mujeres. Actualmente la proporción de mujeres en las facultades de Medicina es del 80%. Las mujeres actualmente somos mayoría en la profesión médica y yo no percibo discriminación en el mundo en el que me muevo.

Díganos un deseo para el futuro.
En este momento desde luego mi primer deseo tiene que ver con nuestra preocupación actual: que la investigación permita elaborar la vacuna contra el Covid-19, que la crisis actual se resuelva en los próximos meses y que el desescalamiento progresivo del confinamiento nos permita volver a una nueva normalidad. Creo que nunca vamos a volver a vivir con la alegría y despreocupación de la que gozábamos y que nos va aparecer mentira cuando lo recordemos. Al menos que volvamos a vivir y trabajar seguros y recuperemos la felicidad de disfrutar juntos con nuestras familias y amigos. 

Recomendaciones de protección ocular ante el Covid-19

Los síntomas típicos de infección por el COVID19 incluyen fiebre, tos y disnea. También otros como rash, mialgias, trastornos gastrointestinales, pérdida del gusto y del olfato. Sin embargo sabemos que el coronavirus también se transmite a través de la conjuntiva mediante aerosoles o gotitas de saliva que emitimos al hablar, estornudar o toser. La conjuntivitis puede presentarse como síntoma inicial de la enfermedad hasta en el 1% de los pacientes, o a lo largo de la evolución de la enfermedad.

No es casualidad que el primero en describir este cuadro viral haya sido el oftalmólogo chino Li Wenliang, que murió tras atender a un paciente con glaucoma infectado por coronavirus. Por tanto, el ojo puede actuar tanto como puerta de entrada del coronavirus, como síntoma de manifestación de la enfermedad en forma de conjuntivitis vírica, o como vía de transmisión de la enfermedad a través de las lágrimas.

A continuación daremos una serie de consejos para proteger tu salud ocular mientras dure la pandemia.

¿Qué hacer si tengo conjuntivitis, tos, fiebre y dificultad respiratoria?

Estos síntomas son altamente sugestivos de coronavirus por lo que deberías acudir a tu centro de salud u hospital para ser atendido por un médico de urgencias, no acudir directamente al oftalmólogo.

¿Cómo se trata la conjuntivitis por coronavirus?

Al igual que otras conjuntivitis virales, la conjuntivitis por coronavirus no tiene un tratamiento específico, por lo que las medidas higiénicas del tipo de aplicaciones de gasas o compresas muy frías, antiinflamatorios leves aplicados tópicamente, suelen ser suficientes para calmar las molestias hasta que desaparezca la conjuntivitis, que suele durar de 7 a 10 días como máximo.

¿Qué medidas higiénicas adoptar en caso de conjuntivitis?

El virus se transmite a través de las secreciones conjuntivales, bien directamente a través de las lágrimas, o por contacto directo al tocarnos los ojos con las manos. Por ello es muy importante mantener en todo momento una buena higiene de manos, evitar tocarnos los ojos en la medida de lo posible, así como no compartir pañuelos, toallas o gafas.

¿Puedo seguir usando lentes de contacto durante la pandemia?

Durante la época de pandemia algunos especialistas han recomendado sustituir el uso de lentillas por el de gafas para evitar tanto el contagio como la diseminación del virus. Sin embargo, desde diferentes colectivos de ópticos defienden la seguridad del uso de lentilla y argumentan que no hay evidencia científica que justifique suspender su uso, aunque sí debemos hacerlo en caso de infección activa por coronavirus. Tampoco hay evidencia de que las gafas nos protejan frente al coronavirus. En todo caso, tanto si hemos decidido continuar usando lentes de contacto como si no, la Organización Mundial de la Salud recomienda mantener una buena higiene de manos antes y después de manipular los  ojos, la nariz o la boca, así como mantener una buena limpieza tanto de las lentes de contacto como de las gafas convencionales.

¿Cómo diferenciarlo de una conjuntivitis alérgica?

Esta época de pandemia coincide con muchas conjuntivitis alérgicas estacionales debido al aumento de polen en el ambiente. Para diferenciarlas podemos prestar atención a ciertos síntomas que son característicos de cada proceso. Uno de ellos es la fiebre, ya que mientras que el coronavirus cursa con fiebre la conjuntivitis alérgica no. Otro síntoma es el picor, más característico de la alergia, acompañado de ojo rojo y secreción acuosa. En la conjuntivitis vírica, aunque también cursa con ojo rojo, suele haber una secreción más densa característica. La conjuntivitis alérgica suele acompañarse de estornudos y secreción nasal acuosa, mientras que si  lo hace de tos, dolor de pecho, dificultad respiratoria, cansancio, diarrea etc., posiblemente estemos ante un cuadro de origen viral. Si aun así no está seguro del tipo de conjuntivitis que tiene, puede llamar a su oftalmólogo que, aunque la mayoría no pasan consulta de manera habitual debido a la pandemia, puede resolver sus dudas bien telefónicamente o mediante videollamada.

¿Cómo evitar la fatiga visual durante la pandemia?

Debido al confinamiento domiciliario, son muchas las personas que teletrabajan o realizan una exposición mayor a las pantallas así como otros dispositivos electrónicos, como tabletas, teléfonos móviles y libros electrónicos. Esta elevada demanda visual da como consecuencia la aparición de un conjunto de síntomas que han sido descritos como síndrome visual del ordenador, que se caracteriza por sequedad ocular, dolor de cabeza, fatiga visual, visión borrosa y doble, dolor de cuello, espalda u hombros. Para evitarlo debemos de tener en cuenta una serie de medidas como evitar los reflejos, tener una buena iluminación y hacer pausas frecuentes para descansar. Puede ser útil seguir la regla de 20/20/20 que consiste en parar durante 20 segundos, cada 20 minutos y mirar por la ventana más allá de 20 metros.

La disminución de la frecuencia y de la amplitud del parpadeo, genera puntos secos sobre la superficie ocular y por tanto una mayor evaporación de la lágrima, provocando síntomas de sequedad ocular. Es recomendable parpadear frecuente de forma voluntaria mientras estemos trabajando con pantallas, así como aplicar lágrimas artificiales siempre siguiendo las recomendaciones higiénicas antes mencionadas tanto antes como después de tocarnos los ojos.

Emanuel Barberá
Jefe de Servicio del Instituto Oftalmológico Quirónsalud de A Coruña

Álvarez de Mon: "España y Galicia tienen un gran capital de conocimiento investigador"

El catedrático de Medicina Interna e Inmunología y jefe de servicio del Hospital Universitario de Alcalá de Henares Melchor Álvarez de Mon se define como “activo galleguista de Asomega”, entidad de la que es vicepresidente. En una entrevista recientemente publicada en El Correo Gallego analiza la situación provocada por el Covid-19.

Tras explicar cómo ataca al sistema inmune, reflexiona sobre cómo puede comportarse el virus cuando se vayan suavizando las condiciones del actual confinamiento. "Lo ideal es hacer estudios diagnósticos a toda la población y detectar a esos casos no sintomáticos u ocultos y aislarlos con sus contactos en un periodo de cuarentena", señala. Aunque añade que como no parece que se vayan a tomar medidas en ese sentido "es factible predecir repuntes de la enfermedad y su persistencia en nuestra sociedad".

El mayor problema, afirma, es que para conocer los factores de riesgo aún "nos basamos en la clasificación de la enfermedad en criterios clínicos y analíticos muy genéricos e imprecisos". El objetivo principal de la investigación al respecto debe ser, además del desarrollo de antivíricos, desarrollar el conocimiento necesario para individualizar los tratamientos.

"La investigación en la comprensión de las enfermedades, de su diagnóstico y tratamiento ha sido clave en el increíble progreso que ha alcanzado la medicina en las últimas décadas", asegura. De ahí que considere determinante "la relevancia de la investigación académica de universidades, de instituciones como el CSIC y similares y de la industria farmacéutica".


Pinche sobre la imagen para ver la entrevista completa.

En este sentido, resalta que "España y Galicia tienen un gran capital de conocimiento investigador y grandes estructuras de trabajo en sus universidades, hospitales y en sus relevantes institutos de investigación biosanitaria. Conozco especialmente el de Santiago y es excelente". Dedicar recursos económicos a ello constituye, a su entender, una necesidad aún más imperiosa en las actuales circunstancias.

Concluye la entrevista el profesor Álvarez de Mon formulando un deseo que, según explica, debería entenderse como una necesidad imperiosa: "La formación de un grupo internacional de profesionales de la salud y de la gestión eficiente de recursos para acudir rápidamente a los focos que puedan aparecer de infecciones y enfermedades en este mundo global".

Condolencias por la muerte de una referencia en neurocirugía, el profesor Jesús Vaquero

El prestigioso neurocirujano Jesús Vaquero Crespo ha fallecido a los 70 años de edad. Era director del Departamento de Cirugía de la Universidad Autónoma de Madrid y ejercía como catedrático de Neurocirugía, con plaza asistencial vinculada al Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda.

Como Coordinador del Rector para asuntos de Ciencias de la Salud de la UAM y amigo personal de Jesús Vaquero, Julio Ancochea, presidente de Asomega, y en nombre de la misma, transmite su profundo dolor por la pérdida de una persona excepcional y un profesional ejemplar, y envía sus condolencias a la familia.

Carlos Sánchez Ferrer, decano de Medicina de la UAM, también ha mostrado su pesar por la pérdida señalando que "era un referente de nuestra Facultad, excelente profesional, magnífico profesor e investigador de gran prestigio. Siempre fue un gran universitario y participó de forma generosa con las actividades de la Facultad de Medicina, en la que llegó a ser Director del Departamento de Cirugía, con un papel muy relevante en el desarrollo de las titulaciones de Medicina y Enfermería".

El decano destaca también su carácter amable y modesto, "un hombre entrañable al que todos recordamos con profundo respeto y afecto".

La Sociedad Española de Neurocirugía ha publicado en su web un obituario firmado por Rafael Carrillo, compañero suyo "en la vieja Clínica de Puerta de Hierro", en el que destaca que "todos los comentarios que hoy he podido ver coinciden: era un amigo, no hizo mal a nadie, buena persona. En nuestro mundo neuroquirúrgico es bien conocido como científico, investigador, docente, publicista, trabajador incansable".

Un espectacular currículum

Nacido en Madrid en el año 1950, Jesús Vaquero se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense (1967-1974) y obtuvo el grado de Doctor con Sobresaliente cum laude en 1977. Se formó como especialista en Neurocirugía en el Hospital Universitario Puerta de Hierro (1974-1978), donde fue jefe de Sección del Servicio de Neurocirugía. Allí fue responsable como cirujano jefe o supervisor de más de 4.000 intervenciones neuroquirúrgicas.

Fue director de la Unidad de Investigación en Neurociencias del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda y director del Área de Neurociencias del Instituto de Investigación Biosanitaria en dicho Hospital. A lo largo de su carrera recibió más de medio centenar de premios de investigación de carácter nacional e internacional, entre ellos el Premio Reina Sofía de Rehabilitación e Integración, otorgado por el Real Patronato de Discapacidad (2011) por la línea de Investigación de Terapia Celular para pacientes con lesión medular y otras discapacidades neurológicas; el Premio CERMI (2014) por el desarrollo del Programa Clínico de Terapia Celular en pacientes discapacitados; el Premio Caser de Investigación en I+D en la Dependencia (2014); y el Premio Nacional Aspaym por la investigación clínica realizada en la lesión medular (2015).

La relevancia de su labor investigadora se plasma en un factor impacto acumulado superior a 700 e Indice H de 36, con cerca de 5.000 citas en la literatura internacional.

A lo largo de su trayectoria se centró en el estudio de marcadores pronósticos en tumores cerebrales y en el desarrollo de nuevas técnicas de terapia celular aplicadas a las enfermedades neurológicas. En los últimos 20 años ha dirigido un programa de investigación clínica cuyo objetivo es el estudio de las posibilidades que ofrecen las nuevas técnicas de terapia celular para paliar la discapacidad de pacientes con lesiones neurológicas.

Según la nota del doctor Carrillo antes mencionada, Jesús Vaquero sufrió hace unos meses una hemorragia parieto occipital izquierda. Trasladado a un hospital para rehabilitación hace unas semanas "dio positivo para el Covid-19 y, aunque parecía mejorar, surgieron complicaciones y hace unas horas fallecía con un fallo multiorgánico".

Descanse en paz.

Primeras broncoscopias a pacientes críticos de coronavirus en Ifema


Ayer 17 de abril la UCI de Ifema fue testigo de las cuatro primeras broncoscopias realizadas a pacientes críticos de Covid-19. La actuación la dirigió el Servicio de Neumología del Hospital de La Princesa de Madrid, que dirige Julio Ancochea, aunque en ella participaron especialistas de otras áreas.

La fotografía corresponde a la primera fubrobroncoscopia realizada por los doctores Pedro Landete y Ana Sánchez Azofra, neumólogos de La Princesa. Aparecen también en la foto, además de Julio Ancochea (al fondo a la derecha), Borja Ruiz Mateos y Aida Suárez Barrientos (ambos cardiólogos), junto a Carolina Tormo (anestesista del Hospital Universitario Niño Jesús), el cirujano torácico Diego Murillo y algunos miembros del magnífico equipo de enfermería que presta sus servicios en la citada Unidad.

El paciente, crítico por coronavirus, intubado, en posición prono (boca abajo y cabeza de lado) tenía abundantes secreciones espesas (baba de caracol). Con la broncoscopia, prueba diagnóstica para visualizar laringe, tráquea y bronquios, también se aspiran múltiples secreciones para mejorar la situación respiratoria del paciente crítico, intubado y obtener muestras del coronavirus y células pulmonares para cultivo microbiológico.

Ancochea: "La desescalada debe basarse en mayor evidencia y asesoramiento de expertos"

El diario "La Voz de Galicia" publica en su edición de hoy domingo 12 de abril un suplemento especial sobre el Covid-19, bajo el título "#ElMundoQueViene". Accesible en su página web solo para suscriptores, este trabajo recopila una serie de entrevistas a expertos como el historiador Julián Casanova, el especialista en relaciones internacionales Félix Arteaga, la filósofa Victoria Camps, el preventivista Pere Godoy, el político Josep Borrell o la economista Loretta Napoleoni.

La nómina de entrevistados se completa con dos gallegos que aportan su experiencia científica y clínica. Se trata de Julio Ancochea, presidente de Asomega y jefe de Servicio de Neumología del Hospital de La Princesa de Madrid, y Ángel Carracedo, coordinador del Grupo de Medicina Genómica de la Universidad de Santiago de Compostela y genetista de prestigio mundial.

En su entrevista, el doctor Ancochea señala que ha vivido la crisis del Covid-19 desde los dos lados de la trinchera, pero siempre en primera línea: como responsable de su servicio en el hospital y después como enfermo, fase que afortunadamente ya ha quedado atrás.

Destaca que la urgencia de la situación ha obligado a ir tomando decisiones sobre la marcha que se han reflejado en la coordinación de los servicios: "Todo el hospital es una gran orquesta en la que cada uno toca un instrumento, con algunos solistas en la UVI, reanimación, neumología...". Desde su experiencia, cree que la unión y espíritu de equipo con que se está funcionando no pasará con la crisis sino que ha venido para quedarse.

Respecto al futuro inmediato advierte de que en España no podemos bajar la guardia en absoluto porque "esos modelos predicen que la mortalidad seguirá creciendo hasta mediados o finales de mayo. Parece que entramos en fase de desescalada progresiva, pero debemos ser cautos".

"Con el Covid-19 no hay recetas seguras, pero las razonables han de basarse en el conocimiento científico, en comités de expertos independientes y despolitizados para una gestion centrada en la evidencia, la equidad, la ética y la democracia, y con un sustrato de solidaridad", concluye.

Por último, destaca que la pandemia está dejando lecciones positivas como la unidad y madurez mostradas por la sociedad española, con numerosos gestos solidarios. En Galicia destaca el caso de Amancio Ortega e Inditex: "Este altruismo no está cambiando nuestra manera de vestir o de disfrutar, no; está salvando vidas", afirma.

Ángel Carracedo

El mismo espíritu positivo y ánimo de sacar las lecciones más constructivas posibles de esta situación tan extrema impregnan las declaraciones de Ángel Carracedo, director de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica. En este caso a su experiencia como genetista, un campo fundamental en la búsqueda de soluciones a la pandemia, se une otro factor que le acerca aún más a la realidad diaria del Covid-19, como es el hecho de que su mujer trabaja en una unidad de cuidados intensivos.

Con la máxima prudencia, el profesor Carracedo señala que lo que más le ha llamado la atención del virus es su alta contagiosidad y algunos síntomas concretos como la anosmia o la vasculitis. Advierte que aún es pronto para sacar conclusiones sobre las razones que explican la expansión del virus, como la mayor incidencia en zonas como Italia o España, la abundancia de pacientes asintomáticos o las diferentes respuestas que se registran ante el virus.

Lo que en su opinión quedará meridianamente claro tras la pandemia es que "habrá que apostar por una mayor inversión en sanidad y en I+D en salud, y pensar que hay nuevos sectores estratégicos como el biotecnológico o el farmacéutico, que hay que potenciar".

Eso desde el punto de vista de la salud pública y la investigación, pero su reflexión final es más ambiciosa: "Tenemos que pensar en ayudarnos ante la crisis económica que se avecina y aprovechar esta crisis para mejorar como sociedad".

Cinco hospitales españoles prueban un sistema para medir la expansión del Covid-19 entre sus trabajadores

El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad conocida como COVID-19, ha generado miles de muertes y millones de ciudadanos confinados en sus casas en España y en el mundo. La frecuencia de infección en trabajadores hospitalarios (sanitarios y no sanitarios) es mucho más elevada que en la población general, lo que hace necesaria una respuesta urgente para proteger a este colectivo, que es imprescindible para superar esta crisis y disminuir el impacto socio-económico de la enfermedad.

Coordinado desde el Hospital de La Princesa (Madrid), en zona epidémica alta, el estudio AMADIICH ha dado comienzo en cinco hospitales del Sistema Nacional de Salud, todos en diferentes zonas geográficas y en distintas fases de desarrollo de la pandemia por COVID-19: intermedia (Barcelona, H. ICO-Hospitalet) y baja (H. Can Misses en Ibiza, H. Lucus Augusti en Lugo, H. Álvaro Cunqueiro en Vigo y H. de Alta Resolución de Loja en Granada).

El estudio ha sido aprobado por el Comité de Ética de la Investigación con medicamentos de La Princesa, que actúa como centro de referencia del resto de hospitales participantes.

Según explica el doctor Joan B. Soriano, investigador principal del estudio, miembro de Asomega y del Servicio de Neumología de La Princesa, “el impacto esperado del uso de esta aplicación es muy alto, ya que va a permitir conocer la tasa de incidencia de infección por COVID-19 en trabajadores de hospital, así como sus factores determinantes de riesgo y protección. Se van a generar informes diarios de personal en riesgo o con alta probabilidad de estar desarrollando la infección, lo que ayudará a los responsables hospitalarios en la toma de decisiones para evitar el contagio entre el personal, tanto sanitario (enfermería y médico) como no sanitario (celadores, personal de limpieza, administración, seguridad, laboratorios y otros). Sin el personal, sanitario y no sanitario, los hospitales se colapsan. Por tanto, dada la actual situación de expansión del brote de COVID-19, pensamos que el impacto a nivel nacional e internacional de esta aplicación, así como la explotación de sus datos, puede ser un recurso muy relevante, novedoso y de utilidad inmediata”.

HEpiTracker

Actualmente, la aplicación HEpiTracker ya se ha probado en el Hospital de La Princesa. La app permite a los trabajadores rellenar diariamente una serie de campos relacionados con su trabajo/exposición y con los síntomas compatibles con COVID-19, además de la temperatura corporal, cada mañana.

También se introducirán los resultados de los test de la PCR para COVID-19, realizados en cada centro. Cada 24 horas se generarán informes anónimos y automáticos indicando los grupos con cambios en los síntomas, diagnósticos de sospecha/confirmación de forma global y personalizados para cada departamento/servicio del hospital, así como una descripción epidemiológica. Los datos se enviarán a cada gerencia/servicio de salud laboral a través del responsable médico de cada centro. El estudio se ha previsto que dure 6 meses o hasta el final del actual brote de COVID-19.

Fundacion Teófilo Hernando

El promotor de este estudio AMADIICH es la Fundación Teófilo Hernando (FTH), entidad ligada al Instituto Teófilo Hernando de I+D del medicamento de la Universidad Autónoma de Madrid. Además de apoyar las actividades de investigación básica y preclínica de este instituto, mediante la búsqueda de colaboración pública y privada y la formación de personal investigador, la FTH cuenta con más de 20 años de experiencia en el desarrollo y ejecución de proyectos de investigación clínica nacional e internacional.

Arturo García de Diego, CEO de la FTH, comenta: “En cuanto el grupo de La Princesa nos planteó su idea, los miembros de la FTH nos unimos a ella de inmediato. Entre los fines de nuestra fundación están el de proteger y mejorar la calidad de vida humana, y no se nos ocurre mejor manera en estas circunstancias que comenzar, en una primera etapa, con el personal de los hospitales. Esta aplicación nos permitirá gestionar los datos de salud y de geolocalización para determinar la evolución de la enfermedad COVID-19 en esta colectivo, así como diseñar e implementar medidas y estrategias para atajarla. Gracias a la colaboración de expertos epidemiólogos, clínicos y de Savana Médica, podremos obtener estadísticas de la evolución de la enfermedad, tanto descriptivas como analíticas. Igualmente, estos datos serán tratados para la elaboración de perfiles en relación a la evolución de la sintomatología de la COVID-19. Esta información servirá de apoyo a la respuesta y las actuaciones de los sistemas de salud en la lucha contra el coronavirus”.

Aselcis Consulting

Por su parte, Carlos Catalina, CEO de Aselcis Consulting, la entidad desarrolladora de la aplicación (de forma altruista y en tiempo récord) gracias a su generoso compromiso de responsabilidad corporativa, asegura que: “Participar en este proyecto es una magnífica ocasión de llevar a la práctica uno de nuestros compromisos: crear una compañía responsable con los retos a los que hoy en día se enfrenta nuestra sociedad. Ha supuesto todo un desafío técnico y humano cumplir con la confianza que el grupo del proyecto AMADIICH depositó en Aselcis Consulting; en 48 horas teníamos ya un prototipo de la app HEpiTracker que cumplía en un 90% con los requerimientos del proyecto y en 96 horas la app ya estaba disponible para validarse en los app stores de Apple y Google”.

Como ya se ha mencionado, además de las instituciones anteriormente señaladas (hospitales, FTH, Aselcis), se ha creado un equipo multidisciplinar para desarrollar este proyecto, con la Fundación de Investigación Sanitaria de las Islas Baleares y Savana Médica. Además, el proyecto cuenta con la experiencia epidemiológica del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y la participación en el análisis de modelización matemática y gestión de proyectos complejos del Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (CIMNE) de Barcelona.

El Dr. Soriano resalta: “Ha sido realmente estimulante el convocar telemáticamente a este grupo tan multidisciplinar y geográficamente alejado, cada día a las 7 de la mañana durante las últimas tres semanas, sábados y domingos incluidos, antes de ir a ver pacientes o de que se levantara la familia, y ver el entusiasmo e ilusión por intentar ayudar ante la actual crisis, tan devastadora y cruel”.

Couñago: "La difusión de noticias falsas es uno de los mayores desafíos que enfrentamos"

Felipe Couñago es jefe asociado del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Quirónsalud de Madrid, además de responsable de Asomega Nova. En entrevista concedida a Radio Voz explica cómo los servicios menos prioritarios de los centros hospitales han ido cerrando o, al menos, disminuyendo su asistencia de forma considerable para apoyar al resto. En su caso el trabajo se ha organizado para garantizar que los pacientes oncológicos sigan recibiendo sus tratamientos.

“Se han activado todos los protocolos preventivos. Estamos haciendo turnos y en el caso de que podamos hacer teletrabajo, se hace. En definitiva, se trata de no cerrar los servicios de Oncología para seguir tratando a los pacientes con cáncer y para eso, todo el mundo está echando una mano”, afirma.

Explica que ya se han establecido protocolos a nivel nacional, pero los profesionales están atentos a lo que se hace en otros países en su especialidad: “Estamos activando foros internacionales para hablar entre nosotros los especialistas y buscar aquellos tratamientos más cortos, que hagan que el paciente esté los menos días posibles en el hospital”, asegura.

Los pacientes, añade, viven la situación con lógica inquietud y habitualmente plantean la posibilidad de retrasar sus tratamientos, algo que no en todos los casos es conveniente. “Hay que hablar mucho con ellos, explicarles pros y contras. Estamos haciendo un ejercicio muy importante para que, si antes tenían que venir 30-40 días a tratarse, se reduzcan esas sesiones a la mitad. Hay que individualizar mucho cada caso”, dice.

Noticias falsas

Al hilo de este esfuerzo informativo que hay que hacer con cada uno de los pacientes, Couñago señala que uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos estos días se refiere, precisamente, a la difusión de rumores y de noticias falsas que enturbian un ambiente ya de por sí denso.  

“El tema de las noticias ‘fake’ es un horror. Ayer me pasé unas cuantas horas desmintiendo la que circulaba del ibuprofeno, por ejemplo. Esto al final lo que hace es malgastar recursos, que la gente esté más nerviosa, más histérica y que nosotros tengamos que invertir más tiempo en desmentir este tipo de noticias”, asegura.

Un nerviosismo generalizado que, como es lógico, también afecta a los profesionales. Reflexiona sobre el hecho de lo que más se oye entre sanitarios estos días es que están sobrepasados, colapsados. Sin embargo, se declara optimista por naturaleza y asegura que  “en los últimos días lo que veo es un esfuerzo brutal por parte de la sociedad, no solo por parte de los médicos, por organizarnos, por trabajar juntos para poder acabar con el virus”.

Recuerda que somos un país muy solidario, el que registra un mayor número de trasplantes, por ejemplo. “Ahora toca ser más solidarios que nunca y la mejor manera de hacerlo es aislarse, evitar las concentraciones de gente y hacer caso a las recomendaciones de las fuentes oficiales”. Y vuelve a salir la vena optimista: “A partir de ahí, tranquilidad. Si hacemos bien las cosas, las cosas van a salir bien”.

Coronavirus: PSN cede sus instalaciones en San Juan como residencia medicalizada

El Complejo San Juan, establecimiento hotelero propiedad del Grupo PSN, es el primer hotel medicalizado de la provincia de Alicante contra el coronavirus. En los pasados días ha recibido a los primeros pacientes que permanecerán en sus instalaciones.

  

La actuación del Complejo, conocido como "la residencia de médicos", viene recogida en la Resolución de 30 de marzo de 2020, de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública, en la que se establece que las instalaciones se utilizarán para alojar a pacientes derivados por dicho organismo, “cuyo seguimiento debe realizarse en condiciones de aislamiento y proximidad a los servicios sanitarios, fuera de las instalaciones hospitalarias y bajo la supervisión del personal sanitario”, tal y como establece el documento.

Se prevé la utilización de 150 habitaciones, en un primer momento de uso individual, para albergar a pacientes con pronóstico leve, con el objetivo de liberar camas hospitalarias para afectados de carácter más grave.

Asimismo, el resto de las habitaciones estarán destinadas al descanso del personal sanitario que así lo solicite, lo que resulta posible gracias a que el Complejo cuenta con tres edificios independientes. Todo ello sin perjuicio de la imprescindible adaptación a las necesidades sanitarias y de uso de instalaciones que en cada momento pudieran surgir.

El Complejo recibió hace días el material destinado a estos efectos, entre el que se encuentran elementos sanitarios, como batas, sillas de ruedas, botellas de oxígeno, portasueros, etcétera; equipos informáticos, y otros enseres, como colchones y papeleras.

El hotel estará gestionado por el Hospital General de Alicante, aunque en él ingresan enfermos de toda la provincia. Trabajadores del citado centro hospitalario han trabajado en la puesta en funcionamiento de estas instalaciones, sobre todo la implantación de los programas informáticos de Sanidad.

"Recuerdo especialmente las clases con los doctores Navarrina y Juanatey"

Emanuel Barberá se licenció en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela en 2004 e hizo la especialidad en el Servicio de Oftalmología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago.

Máster en "Patología y Cirugía de la mácula, Vítreo y Retina", organizado por el Institut Universitari Barraquer, actualmente coordina el Centro Médico Quirónsalud A Coruña, pionero en Galicia para la atención integral de la visión. Además, ha realizado el máster de gestión y liderazgo EMBA de Esade Business & Law School.

En su experiencia profesional ha centrado sus funciones en las áreas de Retina Médica y Glaucoma y tiene gran experiencia quirúrgica en cirugía de cataratas, párpado, glaucoma y superficie ocular.

Es jefe de Servicio del Instituto Oftalmológico Quirónsalud de A Coruña. Además, Emanuel Barberá es una de las más recientes incorporaciones a Asomega Nova. Conversamos con él sobre su carrera y sobre cómo está viviendo la actual crisis causada por el coronavirus.

¿Lugar de nacimiento?
Buenos Aires, Argentina.

¿Dónde estudió Medicina?
En la Universidad de Santiago de Compostela.

¿Por qué tomó esta decisión?
Por pura vocación. En mi casa mi padre era médico dentista y yo siempre tuve muy claro que quería dedicarme a la rama sanitaria.

¿Qué recuerdo guarda de su universidad?
Fueron años muy duros, de mucho esfuerzo y trabajo, pero al mismo tiempo tremendamente enriquecedores y una experiencia vital única.

¿De qué profesores mantiene una memoria más vívida?
Recuerdo con cariño desde esos primeros contactos con la Medicina, estudiando Anatomía con el doctor Navarrina y observando mis primeros cadáveres, hasta ya entrado en materia, descifrando los secretos del electrocardiograma con el doctor Juanatey.

¿Qué le hizo decidirse por su especialidad?
Una profunda vocación de tratar pacientes y ayudar al prójimo.

¿Se ha arrepentido alguna vez de aquella elección?
Jamás.

En estos tiempos de superespecialización, ¿cuál su área profesional principal?
Ante todo me considero con orgullo un oftalmólogo general. Intento abarcar una oftalmología general lo más amplia posible. Si bien me he dedicado más profundamente a la cirugía del cristalino, que es lo que más me apasiona, el glaucoma y la retina médica.

Emanuel Barberá en su consulta.

¿Clínica o investigación? ¿Se puede ejercer la una sin la otra?
Creo que lo mejor es una combinación de ambas, aunque muchas veces es difícil compaginarlas por cuestiones de tiempo.

¿Cómo ha avanzado su especialidad desde que comenzó a ejercer hasta hoy, qué es lo que más le llama la atención al respecto?
Los avances tecnológicos han permitido una mejora en el diagnóstico de ciertas patologías y también en el tratamiento quirúrgico. Hoy podemos no solo devolver la vista a nuestros pacientes, sino también mejorar mucho su calidad de vida con intervenciones más rápidas, más seguras y aspirando a alcanzar objetivos cada vez mayores como conseguir la independencia de gafas.

¿Son los médicos gallegos un referente en su especialidad?
Sin lugar a duda. Hay un gran potencial en la medicina gallega, que, como parte de nuestra historia y cultura de emigrantes, la hemos exportado al resto del mundo.

¿Qué le ha animado a incorporarse a Asomega Nova?
Me ha gustado el proyecto de crear una red de médicos en todo el mundo que comparten sentimientos y pasión por la medicina y por Galicia.

Aproveche la situación: ¿qué espera usted de Asomega, qué le pediría a una asociación de estas características?
Que pueda crecer y convertirse en una gran organización de personas con afinidades similares, que potencie el talento de los médicos gallegos.

Asomega Nova parecería que navega contra la corriente: busca la participación y la implicación colectiva de la gente más joven, teóricamente más reacia a involucrarse en este tipo de proyectos. ¿Qué le supone a un joven sanitario sumarse a esta iniciativa?
Supone la ilusión de pertenecer a un proyecto apasionante.

Asomega se define como “un sentimiento compartido” y aboga por conjugar sentimiento, rigor y pasión, afectos y conceptos. ¿Comparte esta visión?
Sin lugar a duda. La pasión es un sentimiento que nos da el impulso para crecer y mejorar día a día.

¿Cómo está viviendo la situación actual? Si está en activo, ¿cómo está colaborando contra la pandemia, teniendo en cuenta que su especialidad no está relacionada directamente con ella?
Trabajo en un hospital privado del grupo Quironsalud y, por lo tanto, actualmente estamos intervenidos por el Ministerio de Sanidad. Nuestra actividad se ha visto reducida notablemente al suprimir la actividad programada tanto de consulta como de cirugía con el fin de reservar los recursos para los pacientes infectados por el COVID-19, por lo que en el Instituto Oftalmológico Quirónsalud de A Coruña solo atendemos urgencias. De hecho esta semana solo hemos atendido a un paciente con glaucoma y hemos operado un desprendimiento de retina.

Sin embargo, aunque nuestra especialidad no está relacionada directamente con los pacientes afectados de COVID-19, no debemos olvidar que ante todo somos médicos, y creo que es nuestra misión pasar a la primera línea de batalla si la situación lo requiere para servir a los pacientes y a nuestra sociedad.

¿Qué lecciones cree que nos dejará esta crisis, desde el punto de vista médico y social?
Creo que habrá un antes y un después en nuestra sociedad tras el paso de esta pandemia, sobre todo en lo referente a nuestra escala de valores. Si te fijas, de los problemas que ocupaban toda nuestra actualidad informativa apenas ya ni se habla. Y nuevos personajes de los que nadie hablaba antes pasan a tener un mayor protagonismo. Hoy salimos a aplaudir por la ventana a nuestros sanitarios, y prestamos mucha atención a las noticias que nos hablan de los avances en la investigación sobre posibles tratamientos y vacunas. Creo que nuestra sociedad había olvidado qué era lo verdaderamente importante y en qué debemos centrar nuestros recursos.

Me gustaría señalar la gran labor vocacional de nuestro sanitarios, tanto de la sanidad pública como privada, que se están dejando literalmente la piel para salvar vidas con unas condiciones y medios que sacarían los colores a la mayoría de nuestros dirigentes. Quisieron hacernos creer que había dos tipos de sanidad, una pública y otra privada, pero en los momentos adversos se ve que los profesionales cooperamos y colaboramos en una única dirección sin importarnos los ideales políticos. 

Creo que esta situación servirá para replanteárnoslo todo y  que cuando pase deberían tomarse medidas para que los errores que se están cometiendo no vuelvan a producirse nunca más.