Xosé Bustelo, nuevo director científico del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca

Captar talento internacional será uno de los ejes de su gestión, según destaca el que sin duda es uno de los principales investigadores de cáncer en España.

30/01/2024

Xosé Bustelo, padronés de Iria Flavia, es actualmente profesor de Investigación del CSIC, coordinador del Programa Científico de Mecanismos del Cáncer del Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC) y co-coordinador de la red científica CSIC-Cáncer del CSIC. Ostenta además la Presidencia de la Federación de Sociedades Españolas de Oncología (FESEO), que agrupa a las cinco sociedades científicas del ámbito oncológico.

Xosé R. Bustelo

Tiene 170 artículos científicos y seis patentes. Doctorado en Biología por la Universidad de Santiago de Compostela (1990), pasó un periodo postdoctoral en el Bristol-Myers Squibb Pharmaceutical Research Institute (Princeton, NJ, EEUU) hasta 1996. Tras ello ocupó ya como investigador principal los puestos de assistant professor en el Department of Pathology de la State University of New York en Stony Brook (NY, EEUU, 1996-2000) y de científico titular (1999-2004) e investigador científico (2004-2005) del CSIC en el CIC de Salamanca.

Tras su nombramiento como director científico ha formulado los objetivos inmediatos que se plantea al frente del CIC de Salamanca: aumentar la cooperación interna, potenciar la conexión con los oncólogos clínicos, impulsar el balance de género entre los investigadores principales y la proyección internacional. "También esperamos dar un impulso mayor a la captación de talento internacional, lo que nos permitirá traer sangre nueva al CIC para hacerlo todavía más puntero y con mayor liderazgo a nivel nacional e internacional", ha señalado.

Bustelo participó en el II Encontro de Médicos Galegos de Asomega con una intervención que llevó por título "Terapias dirigidas, qué tenemos y qué nos falta". En ella explicó que el abordaje racional del cáncer se inició cuando Mariano Barbacid y Eugenio Santos descubrieron en 1982 el primer oncogen.