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Interacción y aprendizaje, bases del pleno desarrollo vital y profesional

Julio Ancochea, presidente de Asomega, inaugura la jornada "Trayectoria y vida" ante una sala repleta de estudiantes de Medicina.

Santiago de Compostela ha sido escenario este 11 de octubre del primer acto público de la Academia Asomega, en el que médicos gallegos de distintas generaciones han compartido con estudiantes, residentes y adjuntos jóvenes las claves para un desarrollo profesional pleno. En el encuentro, titulado “Trayectoria y Vida”, se generó un ambiente de transmisión de valores donde el hilo conductor fue el papel decisivo de las relaciones humanas en la evolución profesional. Los estudiantes de Medicina de la Facultad de Santiago llenaron el auditorio de Abanca, pero a través del streaming se lanzó el mensaje de la jornada a todos los profesionales de la salud gallegos que ejercen dentro y fuera de su tierra

Julio Ancochea, presidente de Asomega, inaugura la jornada "Trayectoria y vida" ante una sala repleta de estudiantes de Medicina.

Julio Ancochea, presidente de Asomega, inaugura la jornada "Trayectoria y vida" ante una sala repleta de estudiantes de Medicina.

Desde el arranque se percibió que el centro de la jornada no era solo el conocimiento técnico, sino el proceso vital de convertirse en médico: “Galicia es raíz, memoria y horizonte”, expresó Julio Ancochea, presidente de Asomega, y esa mirada colectiva se contagió al auditorio, ilustrando que la identidad profesional se forja tanto en los pasillos de la facultad como en los vínculos que uno va tejiendo a lo largo de los años, en el hospital, en estancias internacionales o en el trabajo en equipo.

Ancochea insistió en que Asomega no es un club, sino una familia que mantiene vivo el latido gallego y procura que nadie camine solo. En ese sentido, destacó el decálogo que orienta su labor médica y que incluye valores como respeto a la vida y dignidad de las personas, inteligencia emocional, trabajo en equipo, generosidad, humanismo y compromiso con la formación y el paciente. En sus palabras resonó la certeza de que el éxito profesional depende tanto de la competencia científica como de la actitud y de la capacidad de armar una historia personal que se va definiendo con cada paso, cada relación y cada experiencia.

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Inauguración de la jornada "Trayectoria y vida". En la mesa: Julio Ancochea, presidente de Asomega; Luz Couce, subdirectora de la Academia Asomega; Antonio Gómez Caamaño, conselleiro de Sanidade; y Ángel Carracedo, director de la Academia Asomega.

Inauguración del evento. En la mesa: Julio Ancochea, presidente de Asomega; Luz Couce, subdirectora de la Academia Asomega; Antonio Gómez Caamaño, conselleiro de Sanidade; y Ángel Carracedo, director de la Academia Asomega.

Un camino que se construye desde el primer paso

La intervención de la profesora Luz Couce fue esencial para recalcar que la excelencia médica no puede desligarse de la capacidad de abrir caminos y de acompañar a quienes empiezan. Ella, como promotora de la jornada y subdirectora de la Academia, agradeció la generosidad de los ponentes y subrayó la importancia de construir una atención integral y humana desde el inicio de la formación.

Además, puso el foco en la continuidad del aprendizaje y en la necesidad de generar espacios donde compartir experiencias y dudas, proyectando así que la suma de vivencias e interacciones define la identidad profesional.

Luz Couce, directora científica del IDIS y subdirectora de la Academia Asomega, durante la inauguración.

Luz Couce, directora científica del IDIS y subdirectora de la Academia Asomega, durante la inauguración.

En esta misma línea Ángel Carracedo, director de la Academia, celebró el papel de Asomega como punto de encuentro para gallegos dentro y fuera de la comunidad, y animó a mantener ese vínculo, reconociendo que la trayectoria médica no es lineal sino mosaico de colaboraciones, desde la facultad hasta los foros internacionales.

La intervención del conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, enlazó con este espíritu colectivo. Resaltó el compromiso de Asomega en la promoción de una "Medicina excelente, humana y gallega", y subrayó la calidad del sistema sanitario gallego, líder en cribado neonatal, protección cardiovascular y referencia en trasplantes, al tiempo que puso sobre la mesa el proyecto Genoma Galicia como ejemplo de innovación y punto de partida para futuras políticas de salud individual y colectiva.

El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño.

El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño.

Ciencia y humanismo

Durante toda la jornada "Trayectoria y vida", las ponencias abordaron temas que iban de la neonatología (con Luz Couce) y la salud cardiovascular (ponencia a cargo de Marisa Crespo) a la medicina familiar y comunitaria (con Cristina Margusino y Lorenzo Armenteros), pasando por el impacto social en las enfermedades respiratorias (Alberto Fernández-Villar), la internacionalización de la carrera médica (Andrés Rodríguez Lorenzo) y la relevancia de la dieta y los hábitos sostenibles (Ana Arias).

Arriba: Marisa Crespo, Alberto Fernández-Villar, Cristina Margusino. Debajo: Lorenzo Armenteros, Ana Arias y José María Suárez Quintanilla.

Arriba: Marisa Crespo, Alberto Fernández-Villar, Cristina Margusino. Debajo: Lorenzo Armenteros, Ana Arias y José María Suárez Quintanilla.

Pero más allá de los contenidos científicos, lo que quedó en el ambiente fue la convicción de que los aprendizajes más profundos emanan de los vínculos y de la capacidad para escuchar y acompañar. A esto último se refirió de una manera muy cercana y emocionante el profesor de Odontología de la USC José María Suárez Quintanilla, que insistió en la necesidad de trabajar la empatía y la cercanía al paciente.

Respecto a la construcción de vínculos, las ponencias de Andrés Rodríguez Lorenzo y Ángel Carracedo fueron clave. El primero, ejemplo vivo de gallego en la diáspora, describió su trayectoria personal y profesional y su actual desempeño como responsable de cirugía plástica reconstructiva en el Hospital de Uppsala (Suecia). Por su parte, Carracedo decidió adaptar el contenido de su charla al tono general propuesto en la jornada y al público allí presente y, en vez de hablar de genética, se centró en explicar su propia evolución desde que era estudiante de Medicina. Insistió en que las decisiones que uno toma en la vida casi nunca son definitivas sino que la propia trayectoria vital brinda oportunidades para que uno vaya encontrando su lugar.

Ángel Carracedo.

Ángel Carracedo.

En la clausura, el recuerdo al profesor Aniceto Charro, fundador y presidente de honor de Asomega recientemente fallecido, otorgó un tono de gratitud y reconocimiento colectivo, enfatizando que la construcción de la profesión es también un ejercicio de memoria y homenaje. Tanto Ancochea como Couce y Carracedo subrayaron el valor del legado, del trabajo compartido y la importancia de multiplicar estos encuentros, para que los médicos gallegos, estén donde estén y ejerzan donde ejerzan, sigan creciendo juntos y reforzando su red de apoyo.

Lejos de las frases grandilocuentes, la jornada, celebrada con el apoyo de AstraZeneca y el mecenazgo de Grupo Coren, transmitió que cada relación construida y cada experiencia compartida se convierte en un pilar de la trayectoria profesional, y que el futuro de la medicina gallega se cimenta tanto en la suma de estas historias como en la voluntad de seguir caminando juntos.

Varios de los ponentes posan tras finalizar el evento: José María Suárez Quintanilla, Julio Ancochea, Marisa Crespo, Ángel Carracedo, Luz Couce y Lorenzo Armenteros.

Varios de los ponentes posan tras finalizar el evento: José María Suárez Quintanilla, Julio Ancochea, Marisa Crespo, Ángel Carracedo, Luz Couce y Lorenzo Armenteros.

La Academia Asomega abre un espacio de diálogo entre generaciones médicas

Los ponentes de "Trayectoria y vida": Ángel Carracedo, Julio Ancochea, Luz Couce, Marisa Crespo, J. A. Fernández Villar, Lorenzo Armenteros y Cristina Margusino, Andrés Rodríguez Lorenzo, Gumersindo Feijoo y José María Suárez Quintanilla.

El próximo 11 de octubre, el Auditorio Abanca de Santiago de Compostela acogerá la jornada “Trayectoria y Vida”, organizada por la Academia Asomega. Dirigida a estudiantes de Medicina, residentes y jóvenes adjuntos, esta cita busca algo más que transmitir conocimientos: ofrecer referentes, experiencias y orientación para construir una carrera profesional sólida sin perder el equilibrio personal.

Los ponentes de "Trayectoria y vida": Ángel Carracedo, Julio Ancochea, Luz Couce, Marisa Crespo, J. A. Fernández Villar, Lorenzo Armenteros y Cristina Margusino, Andrés Rodríguez Lorenzo, Gumersindo Feijoo y José María Suárez Quintanilla.

Los ponentes de "Trayectoria y vida": Ángel Carracedo, Julio Ancochea, Luz Couce, Marisa Crespo, Alberto Fernández Villar, Lorenzo Armenteros y Cristina Margusino, Andrés Rodríguez Lorenzo, Gumersindo Feijoo y José María Suárez Quintanilla.

El programa combina disciplinas diversas. La neonatóloga Luz Couce (principal impulsora del proyecto), el neumólogo Alberto Fernández Villar o los médicos de familia Cristina Margusino y Lorenzo Armenteros acercarán la sensibilidad de la atención temprana, el reto de las enfermedades respiratorias crónicas y la importancia de la medicina de proximidad. El cirujano Andrés Rodríguez Lorenzo aportará su visión internacional desde Suecia, mientras que genética con Ángel Carracedo, nutrición con Gumersindo Feijoo, cardiología con Marisa Crespo y salud oral con José María Suárez Quintanilla completan un enfoque integral.

“Queremos compartir referentes que inspiren a los médicos del futuro”, afirma Julio Ancochea, presidente de Asomega, quien define la jornada como “un punto de encuentro entre generaciones” en el que médicos consolidados transmiten su experiencia a quienes comienzan. En su opinión, la medicina no debe entenderse solo como una profesión, sino como una “forma de vida” que conjuga ciencia y valores con un proyecto vital en equilibrio.

Programa de la jornada "Trayectoria y vida"

El proyecto más ambicioso de Asomega Nova

La jornada de la Academia cuenta sigue la senda trazada en años anteriores por Asomega Nova, el grupo de trabajo para los más jóvenes integrantes de la asociación. Según Ancochea, “expresa la filosofía de Asomega: acompañar a la nueva generación para garantizar la continuidad y el fortalecimiento de la medicina gallega”.

Hasta la fecha, entre otras actividades, Asomega Nova ha organizado webinars como el que dedicó al ejercicio de la Medicina fuera de España, el centrado en la relación entre residentes y tutores o el que analizó cómo desarrollar una carrera investigadora. Además, ha organizado la I Beca Asomega-Cleveland Clinic para la estancia de un joven médico en este centro norteamericano, y ya son cuatro las ediciones celebradas de la Beca de Oftalmología "Profesor García Sánchez"

De acceso libre y gratuito previa inscripción, “Trayectoria y Vida” se presenta como una oportunidad única para inspirarse, aprender y crear redes profesionales en torno a una medicina gallega comprometida, humanista y abierta al mundo.

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Fallece el doctor Aniceto Charro, alma de Asomega y referente de la medicina gallega

Aniceto Charro Salgado.

El doctor Aniceto Charro Salgado, socio fundador y presidente de honor de Asomega, falleció en paz y rodeado de su familia la noche del 26 de septiembre. Con su desaparición, la medicina gallega y española pierden una referencia indiscutible y un profesional de extraordinario talento, profunda humanidad y espíritu docente, que dejó huella en generaciones de médicos y pacientes.

Aniceto Charro Salgado.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela, donde obtuvo el premio extraordinario de licenciatura y defendió su tesis doctoral “cum laude”, el doctor Charro completó su especialización en Endocrinología y Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid. Su afán de conocimiento lo llevó a formarse en prestigiosos hospitales internacionales, como el Neels Steensens Hospital de Copenhague o los norteamericanos San Francisco Medical Center, New Orleans Hospital o el Yale University Hospital. Desde 1992 ejerció como Catedrático de Medicina, Endocrinología y Nutrición en la UCM.

Charro supo unir excelencia científica y una vocación humanística que impregnó toda su labor. Destacó como motor y alma de Asomega, ejemplo del legado hipocrático al que hizo honor con su vida y obra: “Ha hecho de su práctica médica un espejo en el que el resto tratamos de asomarnos para ser mejores médicos y, sobre todo, mejores personas”, subrayó el presidente de Asomega, Julio Ancochea, en el reciente homenaje organizado por la entidad, donde el doctor Charro fue recordado con emocionadas palabras de sus hijos y de colegas como Julia Buján y Miguel Carrero.

El doctor Charro fue autor de más de 280 publicaciones científicas, dirigió decenas de tesis doctorales y participó activamente en la gestación de la Dieta Atlántica y la Estrategia NAOS para la prevención de la obesidad. Coordinó grupos científicos nacionales e internacionales y presidió la Sociedad Española de Endocrinología.

Su implicación con Asomega fue una constante a lo largo de toda su trayectoria. Su última aparición pública fue en la entrega de la Insignia de Oro de Asomega al Centro Gallego de Madrid, donde entregó personalmente una placa al socio Ángel Rodríguez Coira

El respeto y la admiración de sus colegas hacia el considerado "padre de la Dieta Atlántica" iban mucho más allá de sus méritos académicos y premios; era reconocido por todos como un auténtico médico hipocrático, un ejemplo sobresaliente de la medicina gallega que combina compromiso científico con un profundo humanismo y una atención cercana al paciente.

La huella de Aniceto Charro, "Tito" Charro, no se borra. Queda para siempre en la memoria de quienes lo conocieron y en el corazón de la Medicina gallega que ayudó a construir desde la ciencia y el afecto. “Santiagués, galleguista y médico”, en palabras de la profesora Julia Buján, fue “la fuerza de la naturaleza hecha persona, como un ciclón cuyo movimiento arrastra a los de su entorno a una vorágine en la que se mezclan conocimientos, aficiones y sentimientos y no dejan a nadie indiferente”. 

Descanse en paz el doctor Aniceto Charro.

Visionarios 2025: avances y compromiso con el paciente en enfermedades respiratorias

La jornada “Visionarios 2025”, organizada en el Hospital Universitario La Princesa, trascendió el formato habitual de los encuentros científicos para convertirse en un foro inspirador donde se debatieron los retos presentes y futuros de las enfermedades respiratorias desde una perspectiva multidisciplinar y colaborativa.

Marc Miravitlles, del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona; Julio Ancochea, del Hospital de La Princesa y la Universidad Autónoma de Madrid; José Julián Díaz Melguizo, director-Gerente de La Princesa; y Joan B. Soriano, de la Universidad Autónoma de Madrid.

Marc Miravitlles, del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona; Julio Ancochea, del Hospital de La Princesa y la Universidad Autónoma de Madrid; José Julián Díaz Melguizo, director-gerente de La Princesa; y Joan B. Soriano, de la Universidad Autónoma de Madrid, en la inauguración de la jornada.

Organizada por la Fundación Teófilo Hernando y la Universidad Autónoma de Madrid, con la colaboración de Asomega, la cita se convirtió en referencia para anticipar el horizonte clínico y científico de esta área.

Desde la apertura del evento, el doctor Julio Ancochea, presidente de Asomega e impulsor del encuentro, subrayó el carácter visionario y pionero del hospital y de los profesionales congregados, afirmando que “el cambio es el proceso mediante el cual el futuro invade nuestras vidas”. Reivindicó el liderazgo transformador y la capacidad de soñar como motor de la innovación en medicina y animó a los asistentes a “no rendirse nunca” ante los desafíos clínicos, de investigación y humanos que plantea la neumología.

Julio Ancochea, presidente de Asomega y promotor de Visionarios de 2025.

Julio Ancochea, presidente de Asomega y promotor de Visionarios de 2025.

A lo largo de las mesas de debate quedó patente una realidad que suele pasar desapercibida en la agenda mediática: las enfermedades respiratorias carecen en ocasiones del tirón social de problemas oncológicos o cardiovasculares, pero han sido —y continúan siendo— un verdadero laboratorio de avances médicos y tecnológicos, como se evidenció durante la pandemia. Se resaltó cómo este ámbito integra de forma ejemplar la actividad de la industria, los profesionales y los propios pacientes, generando una red de colaboración y transferencia de conocimientos que contribuye a mejorar la calidad de vida y la eficiencia del sistema sanitario.

En el apartado científico, las intervenciones desgranaron desde los nuevos tratamientos biológicos y las estrategias de vacunación frente a infecciones respiratorias, hasta el auge de la medicina personalizada en cáncer de pulmón, las terapias domiciliarias avanzadas y las aplicaciones pioneras de la inteligencia artificial y la nanotecnología en el diagnóstico y el tratamiento. Especial relevancia tuvieron los apuntes recurrentes sobre cómo adaptar las políticas sanitarias para garantizar la equidad en la atención y el acceso a la innovación en todo el territorio, evitando desigualdades y promoviendo modelos asistenciales sostenibles y centrados en las personas.

Los tres coordinadores de la jornada: en primer término Joan B. Soriano y, detrás, Julio Ancochea y Marc Miravitlles.

Los tres coordinadores de la jornada: en primer término Joan B. Soriano y, detrás, Julio Ancochea y Marc Miravitlles.

En sus conclusiones, Ancochea reiteró la idea de que “todo parece imposible hasta que se hace”, instó a intensificar los esfuerzos de investigación y formación y apeló a la ética profesional, el liderazgo y el humanismo como claves para seguir progresando. La jornada terminó con un emotivo homenaje a la capacidad de resistencia y lucha, simbolizado en el poema “No te rindas” de Benedetti y en las palabras de los profesionales que, como los pacientes respiratorios, afrontan cada día la adversidad apostando por la innovación y la esperanza.

El encuentro contó con una nutrida representación de miembros de Asomega, además de su presidente, como el vicepresidente José María Eiros, socios como Joan B. Soriano o Felipe Couñago y hasta dos ganadores del Premio Nóvoa Santos: María José Alonso y el último receptor del galardón, Luis Paz-Ares.

En definitiva, la jornada demostró que las enfermedades respiratorias son un motor incuestionable de avance y que el trabajo conjunto de industria, profesionales y pacientes puede ser modelo para otros ámbitos de la salud, no solo por la tecnología, sino por el compromiso humano y la vocación transformadora que define la especialidad.

Marc Miravitlles.

Marc Miravitlles.

Entre los asistentes, tanto en la sala como a través del streaming, numerosos estudiantes de Medicina y residentes.

Entre los asistentes, tanto en la sala como a través del streaming, numerosos estudiantes de Medicina y residentes.

José Julián Díaz Melguizo, director-Gerente de La Princesa.

José Julián Díaz Melguizo, director-gerente de La Princesa.

Fallece Miguel Carrero, referente de la medicina gallega y humanista

La Asociación de Médicos Gallegos (Asomega) expresa su hondo pesar por el fallecimiento del doctor Miguel Carrero López, referente indiscutible de la medicina gallega y de los valores humanistas que siempre defendió con firmeza.

Nacido en Santiago de Compostela en 1941, hijo y nieto de médicos, desde muy joven supo que su destino estaba marcado por la vocación de servicio. Estudió en la Facultad de Medicina de su ciudad natal y se especializó en Cirugía y Traumatología, disciplina en la que dejó una huella profunda, especialmente en el Hospital Universitario de A Coruña, donde impulsó la Unidad de Cirugía Vertebral. Compatibilizó esta labor con el ejercicio en su clínica privada, a la que incorporó a su hijo José Carlos, asegurando así la continuidad de la saga médica de la familia.

Su compromiso con la profesión le llevó a asumir responsabilidades de enorme calado institucional. Fue presidente del Colegio de Médicos de A Coruña durante 22 años y, desde 1998, presidió Previsión Sanitaria Nacional (PSN), a la que dedicó un cuarto de siglo de entrega y liderazgo. Bajo su mandato, la mutua experimentó un crecimiento extraordinario, pero siempre conservó sus valores fundacionales, demostrando que la gestión puede ser eficiente y, al mismo tiempo, profundamente humana.

Sentimiento Asomega

Para Asomega su figura tiene un significado especial. En 2017 recibió la Insignia de Oro, en reconocimiento a su apoyo decisivo en momentos de dificultad de la asociación, cuando su ayuda permitió garantizar la continuidad de la entidad. Fue también clave en la organización del I Encontro Mundial de Médicos Galegos en 2019, donde pronunció una conferencia que resume su pensamiento: “El acto médico, un acto de sublime humanidad”.

Miguel Carrero fue además una presencia constante en los actos de Asomega, con frecuencia como protagonista en ponencias o coloquios, y en otras ocasiones como atento asistente. No faltaba a los Encontros de Verán, participó en los dos Encontros Mundiales de Médicos Galegos y siempre buscó la ocasión de mostrar su apoyo a las iniciativas de la asociación.

La última vez que pudimos contar con él fue el pasado mes de mayo: pese a estar ya retirado y con su movilidad muy limitada desde A Coruña por motivos de salud, no quiso perderse el homenaje que Asomega rindió a dos de sus referentes, Aniceto Charro y Francisco J. Ruza, distinguidos como “Médicos Hipocráticos”. En una intervención cargada de emoción, Carrero destacó de ambos su pertenencia a la escuela médica compostelana, tradición humanista que convirtió la medicina hipocrática en práctica habitual en Santiago y que transmitió a generaciones de discípulos.

Ese mismo espíritu humanista fue siempre su guía. Supo enlazar la ciencia con los valores del Camino de Santiago: empatía, cercanía, vocación de servicio. En memoria de su gran amigo y maestro el profesor José Carro, promovió el Premio PSN-Asomega “A fonte limpa”, que reivindica precisamente esa herencia de la Escuela Médica Compostelana y su apuesta por la humanización de la práctica médica.

En el discurso que Julio Ancochea, presidente de Asomega, pronunció al entregarle en 2022 el Premio Victoriano Reinoso de Aegama, se dibuja con claridad la talla del hombre que hoy despedimos. Allí recordó sus raíces familiares, su trayectoria como cirujano y gestor, y destacó que, por encima de todo, Miguel Carrero fue médico: “Su filosofía médica es el humanismo, el involucrarse con los enfermos, conocer su problemática, recibir sus confidencias y ayudarles de forma integral”. Y evocó también sus propias palabras en el Encontro Mundial: El paciente no es un usuario; es una persona con temores, angustias y dolor a la que estamos obligados a ayudar.

Defensor de la Dieta Atlántica, impulsor de iniciativas solidarias como el Programa Filia contra la soledad no deseada, Miguel Carrero entendía la medicina como un compromiso integral con la persona y con la sociedad.

Hombre de familia, profundamente orgulloso de su esposa, sus hijos y sus nietos, nunca dejó de reconocer que en ellos encontraba su mayor alegría. Como subrayó Ancochea, fue “luchador, humanista y muy familiar”.

Hoy despedimos a un médico brillante, a un gestor visionario, a un amigo leal y a un gallego que honró siempre sus raíces. Desde Asomega enviamos nuestro abrazo emocionado a su familia y nuestro agradecimiento eterno por un legado que seguirá inspirándonos.

Julio Lage, presidente de Aegama, junto al premiado, Miguel Carrero, presidente de PSN

Julio Lage, presidente de Aegama, junto al premiado, Miguel Carrero, presidente de PSN

Miguel Carrero y Julio Ancochea, presidente de Asomega.

Miguel Carrero y Julio Ancochea, presidente de Asomega.

Miguel Carrero recibe de manos de Miguel Santalices el reconocimiento de Unión Profesional de Galicia.

Miguel Carrero recibe de manos de Miguel Santalices el reconocimiento de Unión Profesional de Galicia.

Miguel Carrero junto a Eli, su mujer, acompañados del presidente de Asomega y su esposa, Marga Blanco, en la entrega de la Insignia de Oro de la entidad al entonces presidente de PSN.

Miguel Carrero junto a Eli, su mujer, acompañados del presidente de Asomega y su esposa, Marga Blanco, en la entrega de la Insignia de Oro de la entidad al entonces presidente de PSN.

Junto a su gran amigo José Carro, presidente de la Real Academia de Medicina de Galicia, y el presidente de Asomega, Julio Ancochea, durante el I Encontro Mundial de Médicos Galegos de 2019.

Junto a su gran amigo José Carro, presidente de la Real Academia de Medicina de Galicia, y el presidente de Asomega, Julio Ancochea, durante el I Encontro Mundial de Médicos Galegos de 2019.

Miguel Carrero ingresa en la Real Academia de Medicina en noviembre de 2019.

Miguel Carrero ingresa en la Real Academia de Medicina en noviembre de 2019.

Miguel Carrero con dos socios fundadores de Asomega: Aniceto Charro, su gran amigo desde los tiempos de la Facultad de Santiago y presidente de Honor de Asomega, y Julián García Sánchez, catedrático de Oftalmología.

Miguel Carrero con dos socios fundadores de Asomega: Aniceto Charro, su gran amigo desde los tiempos de la Facultad de Santiago y presidente de Honor de Asomega, y Julián García Sánchez, catedrático de Oftalmología.

Miguel Carrero en la sede de PSN de la madrileña calle Génova.

Miguel Carrero en la sede de PSN de la madrileña calle Génova.

Miguel Carrero.

Miguel Carrero en mayo de este año, durante el homenaje a Aniceto Charro y Francisco Ruza como médicos hipocráticos.

“Ojalá desaparezcan los cuidados oncológicos. Y la mejor manera es la prevención”

Luis Paz-Ares durante su discurso sobre el presente y futuro de la Oncología.

Luis Paz-Ares, jefe de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, recibió el XXIV Premio Nóvoa Santos de Asomega con un discurso que fue mucho más allá del agradecimiento. El gallego, referente internacional en cáncer de pulmón y uno de los ponentes de la próxima jornada "Visionarios" promovida por Asomega, ofreció una reflexión amplia sobre la evolución de la Oncología y los retos que definirán su futuro inmediato.

Luis Paz-Ares durante su discurso sobre el presente y futuro de la Oncología.

“El oncólogo médico es la persona que dirige la orquesta de los cuidados oncológicos en el medio hospitalario”, comenzó, para a continuación remarcar que esta tarea se enmarca siempre en un equipo multidisciplinar. Subrayó la creciente complejidad de la especialidad y la necesidad de una formación médica profunda: “Si no se entiende la patogenia de la enfermedad oncológica, será difícil que sepamos por qué se ha hecho resistente o cómo debemos tratarla”.

Del laboratorio al hospital: integrar ciencia y asistencia

Paz-Ares insistió en que la investigación básica y traslacional resultan indispensables para comprender los mecanismos moleculares del cáncer y avanzar en nuevos tratamientos. A su juicio, la frontera entre la asistencia clínica y la investigación es cada vez más difusa: “Si no tratamos a los pacientes en la vanguardia, probablemente no les estamos dando el mejor tratamiento”. Por ello recomendó a los jóvenes oncólogos pasar un tiempo en laboratorios de excelencia, experiencia que calificó como decisiva en su propia trayectoria.

La organización de los servicios de Oncología ocupó buena parte de su intervención. Reivindicó que los departamentos integren perfiles cada vez más diversos —genómica, bioinformática, inteligencia artificial— y fomenten una dinámica investigadora interna.

Defendió también el modelo de centros integrales de cáncer hacia el que avanza Europa, con capacidad para aglutinar equipos multidisciplinares, infraestructuras de última generación y líneas de investigación propias.

Señaló, sin embargo, que este enfoque no excluye a los hospitales de proximidad: la clave está en concentrar la complejidad en centros de referencia, mientras que la mayor parte de los tratamientos pueden y deben realizarse en centros más cercanos al paciente, integrados en una red que garantice continuidad y equidad asistencial.

Más allá del tratamiento

Otro de los ejes de su discurso fue la figura del paciente, que ha pasado de desconocer el diagnóstico hace apenas unas décadas a reclamar un papel activo en la toma de decisiones. Para Paz-Ares, el reto actual consiste en acompañarlo, garantizar su acceso a información veraz y facilitarle una relación más fluida con los servicios hospitalarios.

Subrayó que la información no debe limitarse a explicar la enfermedad, el pronóstico o las opciones terapéuticas, sino que debe abarcar también la manera en que el paciente vive y transita por el hospital. Puso como ejemplo la experiencia de una mujer que pasó más de una hora buscando el servicio de Oncología en su primera visita, un contratiempo que ilustra cómo la accesibilidad, la orientación y la organización interna son también parte del cuidado oncológico.

“Tenemos que hacer el hospital accesible, ayudar al paciente a manejar sus síntomas y guiarlo en el uso de la información que le proporcionamos o que encuentra en internet y en las aplicaciones”, explicó. A su juicio, dedicar tiempo a este acompañamiento es fundamental para que los enfermos se sientan partícipes y más seguros en su proceso asistencial.

Mismo cáncer, distintas oportunidades de tratamiento

La equidad, señaló, es todavía una asignatura pendiente: “El análisis genético que tienen los tumores de todos los pacientes en el país no es el mismo dentro de una misma ciudad. Muchas veces varía de un hospital al hospital de enfrente”. Un hecho que consideró inaceptable y que debe corregirse con una mejor organización en red.

Finalmente, lanzó un mensaje de gran calado: “Ojalá desaparezcan los cuidados oncológicos. Y la mejor manera de que desaparezcan es que haya prevención”. Recordó que el tabaquismo sigue siendo responsable de un porcentaje sustancial de tumores y apeló a la experiencia de la reducción de la mortalidad cardiovascular como ejemplo de lo que la prevención puede lograr.

El discurso de Paz-Ares, tejido con rigor y visión estratégica, se convirtió así en una defensa del conocimiento, la organización y la investigación como caminos imprescindibles para que la Oncología avance y, en última instancia, logre hacer innecesaria su propia existencia.

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Entrevista a Luis Paz-Ares
Toda la información del XXIV Premio Nóvoa Santos

Julio Ancochea: “Visionarios 2025 es el lugar donde se define el futuro de la Neumología”

Julio Ancochea, presidente de Asomega.

El próximo 18 de septiembre, el Hospital Universitario de La Princesa será el escenario de Visionarios 2025, una jornada científica organizada por la Fundación Teófilo Hernando y la Universidad Autónoma de Madrid, con la colaboración activa de Asomega.

Bajo el lema “Innovación y futuro en enfermedades respiratorias”, el encuentro reunirá a clínicos, investigadores y estudiantes para debatir sobre los grandes retos y avances en áreas como la EPOC, el cáncer de pulmón, la vacunación en pacientes crónicos o las terapias domiciliarias. Una cita imprescindible para quienes quieren anticipar el futuro de la neumología. 

Julio Ancochea, presidente de Asomega.

¿Qué hace especial a Visionarios 2025 respecto a ediciones anteriores?
Cada edición busca ser un espacio de encuentro donde confluyen ciencia y práctica clínica. Este año, bajo el lema ‘Innovación y futuro en enfermedades respiratorias’, queremos ofrecer una visión multidisciplinar y aplicada: desde EPOC hasta terapias domiciliarias, pasando por medicina personalizada en cáncer de pulmón. La idea es que los asistentes no solo reciban información, sino que salgan con herramientas útiles para su día a día clínico.

La participación de Asomega en el programa es muy destacada. ¿Quiénes estarán presentes y en qué roles?
Varios de nuestros miembros jugarán un papel protagonista. Joan B. Soriano, que es representante de Asomega en el CNPT y vicepresidente segundo, coordina parte del programa junto a Marc Miravitlles y a mí. Nuestro vicepresidente, José María Eiros, también será ponente, al igual que Felipe Couñago, miembro de la junta directiva de Asomega. Además, contaremos con voces referentes en sus respectivos campos como la investigadora María José Alonso, ganadora del Premio Nóvoa Santos, y el oncólogo Luis Paz-Ares, que acaba de recibir el mismo galardón este año. Tener a tantos socios de Asomega implicados subraya nuestro compromiso con la excelencia y la innovación en el campo respiratorio.

En términos de agenda, ¿qué temas considera más relevantes?
Todos los bloques tienen interés, pero quiero destacar la medicina personalizada en cáncer de pulmón y la vacunación en pacientes respiratorios crónicos. También hay espacio para discutir nuevas estrategias en EPOC y el uso de terapias domiciliarias, áreas donde la innovación está transformando la atención clínica.

Este año el programa incluye una conferencia inspiradora titulada “Liderazgo infinito”, que parece alejarse de los temas estrictamente médicos. ¿Qué aporta este tipo de sesión a los asistentes?
Apostamos por un nuevo liderazgo que se sustente en los valores del humanismo, el propósito, la innovación, la ética y la esencia humana. Líderes que llevan el corazón al trabajo, innovadores, curiosos y, a la vez, íntegros y humildes.

Creemos que formar a buenos profesionales no se limita a la técnica clínica o la investigación. El liderazgo es clave para gestionar equipos, impulsar proyectos innovadores y mejorar la atención al paciente. La sesión con José Marcilla ofrece herramientas prácticas y motivadoras para que los asistentes puedan liderar con eficacia y creatividad en sus respectivos entornos. Además, es un recordatorio de que la medicina del futuro requiere no solo conocimiento, sino también capacidad de inspirar y coordinar a otros. Es un honor para mí moderar esta conferencia y contribuir a que los profesionales vean más allá de lo estrictamente clínico.

Visionarios 2025 se presenta como un evento multidisciplinar. ¿Qué valor aporta esta perspectiva a los asistentes?
La multidisciplinariedad es uno de los grandes valores del evento. Médicos de distintas especialidades, investigadores, enfermeros y otros profesionales sanitarios intercambian experiencias y puntos de vista. Esto genera una visión más completa de los problemas clínicos y permite buscar soluciones integrales, no solo centradas en un área concreta. Es un enfoque que fomenta la colaboración y mejora los resultados para los pacientes.

¿Qué importancia tiene Visionarios 2025 para estudiantes y jóvenes profesionales?
Es una oportunidad única de aprender de los mejores referentes en el campo, de establecer contactos profesionales y de inspirarse con nuevas ideas. Para los jóvenes, es también una forma de anticiparse a las tendencias de la neumología y de motivarse a innovar desde el principio de su carrera. Queremos que los futuros líderes de la medicina respiratoria salgan de aquí con ganas de transformar la práctica clínica.

Finalmente, ¿qué mensaje daría a quienes todavía no se han inscrito pero tienen interés en ello?
Sin duda, que no dejen pasar esta oportunidad. Visionarios 2025 no es solo un congreso: es un lugar donde se define el futuro de la neumología. Reunir a expertos, investigadores y clínicos de primer nivel es una experiencia que inspira, enseña y conecta. Las plazas son limitadas, así que les animamos a asegurarlas cuanto antes.

Web del evento
Formulario de inscripción

El fuego arrasa el rural gallego: una herida que nos interpela a todos

Solidaridad de Asomega con los afectados por los fuegos de este verano de 2025.

Este verano el fuego ha dejado en Galicia y en todo el noroeste peninsular un paisaje de ceniza y silencio. Miles de hectáreas arrasadas en nuestra tierra, con nombres que hoy resuenan con tristeza: Larouco, A Veiga, Oímbra, Chandrexa de Queixa… Lugares donde la naturaleza, el trabajo y la vida cotidiana han quedado marcados para siempre por el fuego.

Solidaridad de Asomega con los afectados por los fuegos de este verano de 2025.

Las cifras impresionan: más de 300.000 hectáreas calcinadas en España en apenas unas semanas, la peor oleada de incendios en décadas. Pero más allá de los números, lo que queda son aldeas heridas, proyectos truncados, montes convertidos en desolación. Lo que queda es la angustia de quienes han visto cómo las llamas avanzaban sobre su entorno, ese mismo entorno que sostiene su vida y su identidad.

El rural, tantas veces defendido desde Asomega, es mucho más que un espacio geográfico: es el lugar donde la comunidad se teje con fuerza, donde la medicina rural que siempre hemos reivindicado encuentra su razón de ser, donde la memoria y el futuro de Galicia se sostienen. Por eso, cada hectárea perdida no es solo bosque: son vínculos, recuerdos, oportunidades que se desvanecen.

En Laza, Trives, Maceda, Allariz, A Estrada, Monforte, San Xoan de Río… en todos esos lugares donde Asomega ha querido estar presente en los últimos años reivindicando el valor y el peso del médico de pueblo, el latido del rural ha sido siempre nuestra inspiración. Hoy, al ver el daño que dejan los incendios, sentimos que esa herida también nos toca de cerca. Nos recuerda la importancia de cuidar lo que nos da vida, de protegerlo con responsabilidad y de acompañar a quienes lo habitan.

Como escribía recientemente Alberto Barciela en su artículo Las cenizas del paraíso, estas llamas no solo devoran árboles: se llevan paisajes de la infancia, voces de la memoria y parte de lo que somos como pueblo.

Ante la magnitud de la tragedia, las palabras pueden parecer pequeñas. Pero también son necesarias para afirmar que no estamos solos en este dolor. Asomega quiere, desde la emoción y la cercanía, expresar su solidaridad con todos los que sufren estas pérdidas y reafirmar su compromiso con el mundo rural, que hoy más que nunca necesita calor humano y esperanza.

Inmaculada Ramos: “La longevidad es un reto, pero también una oportunidad para Galicia”

Inmaculada Ramos.

Directora del Distrito Sanitario de Monforte de Lemos, Inmaculada Ramos es la cabeza visible de este Encontro de Verán 2025 de Asomega, que por primera vez se celebra en la ciudad del Cabe. Médica de formación, con una amplia trayectoria en gestión sanitaria tanto en la industria farmacéutica como en el ámbito institucional, Ramos es una de las figuras clave de la asociación, donde desempeña un papel central en el desarrollo del grupo Asomega Maiores, centrado en los desafíos del envejecimiento y la longevidad.

En esta entrevista repasa el sentido del Encontro, el valor de la Medicina Rural y su visión sobre el papel de los centros comarcales en el sistema sanitario gallego.

Inmaculada Ramos.

Este año el Encontro de Verán de Asomega se celebra por primera vez en Monforte. ¿Cómo surge esta decisión y qué significa para usted?
Celebrar el Encontro en Monforte es para mí un honor personal y una apuesta colectiva muy coherente. Asomega lleva años trabajando para visibilizar la sanidad gallega con arraigo territorial y compromiso, y Monforte encaja perfectamente en ese espíritu. Es una ciudad con una tradición sanitaria sólida, con un hospital que cumple un papel esencial en su área, celebrando el año próximo su 40 aniversario, y con un entorno social y cultural muy activo. Queríamos que todo eso formara parte del evento.

Además, traer el Encontro aquí significa también situar el sur de Lugo en el mapa de la reflexión sanitaria. No es habitual que foros de este nivel se celebren fuera de las grandes ciudades, pero precisamente por eso queríamos hacerlo. Es una manera de demostrar que el medio rural puede ser también el centro de la conversación, no su periferia.

¿Qué espera de esta edición del Encontro? ¿Qué la hace especialmente significativa?
Espero que sea una edición útil, enriquecedora e inspiradora. No buscamos grandes titulares, sino conversaciones reales, con profesionales comprometidos que aporten ideas desde la experiencia. El programa es muy completo: comenzamos con una mesa de debate centrada en la longevidad y sus desafíos asistenciales, entregamos la IV Beca de Medicina Rural Asomega-SEMG, celebramos la Comida de Verano con socios y amigos y finalizamos con una visita a la  parte alta del Monforte monumental.

Ese equilibrio entre reflexión profesional, impulso al talento joven y conexión emocional es lo que hace diferente al Encontro. No es solo una jornada científica; es un punto de encuentro intergeneracional, transversal, donde se mezclan la identidad profesional, la pertenencia a un territorio y el sentido de comunidad.

El lema de este año se centra en la longevidad. ¿Por qué poner el foco en este tema ahora?
Porque es uno de los grandes temas de nuestro tiempo, y especialmente en Galicia. Tenemos una de las poblaciones más longevas de Europa y eso condiciona la organización sanitaria y social de manera decisiva. Pero también es una oportunidad: debemos dejar de ver la longevidad como un problema y empezar a tratarla como un reto y una oportunidad para Galicia y sus ciudadanos que exige adaptaciones inteligentes.

Lo que planteamos en el Encontro es abordarla desde diferentes ángulos: sanitario, social y comunitario. Porque los retos complejos no se resuelven con recetas simples, sino con una visión amplia y colaboración multidisciplinar. Y eso es precisamente lo que trabajamos desde Asomega Maiores, el grupo del que formo parte junto a compañeros como Roberto Conde o Ramón Cadórniga: generar propuestas concretas para mejorar la calidad de vida en la edad avanzada.

El evento incluye la entrega de la IV Beca de Medicina Rural Asomega-SEMG. ¿Qué representa esta iniciativa?
Es una iniciativa con un enorme valor simbólico y práctico. La Medicina Rural está en el origen profesional de muchos miembros de Asomega y representa una forma de ejercer profundamente vinculada al territorio, a las personas y a sus realidades. Esta beca sirve para dar visibilidad a quienes investigan y trabajan en este entorno, muchas veces con menos recursos, pero con un compromiso admirable.

Que la entrega tenga lugar en la capital de la Ribeira Sacra refuerza ese mensaje: el medio rural no es solo espacio de asistencia, también lo es de innovación y de futuro. Reconocer ese esfuerzo es una forma de decir que sí importa, y que necesitamos políticas activas para sostener y fortalecer este modelo asistencial tan valioso. Rural es “tierra abierta” en todos los sentidos, lista para ser cultivada y ofrecer los mejores frutos.

Como gerente de un hospital comarcal, ¿cómo ve el papel de estos centros en la sanidad gallega actual?
Los hospitales de “primera atención”, como el Hospital Público de Monforte, cumplen una función esencial en la cohesión del Sistema Nacional de Salud. Ofrecen esa primera atención hospitalaria tras la atención primaria comunitaria y de familia, bien a través de los servicios de urgencias o a través de servicios, con diversas especialidades médicas y/o quirúrgicas, adecuados para este nivel asistencial, donde se pretende diagnosticar y resolver las patologías de mayor prevalencia poblacional susceptibles de ser manejadas en este ámbito de una forma segura, efectiva, cercana y eficiente. Somos estructuras con equipos muy implicados que demuestran día a día un alto nivel de competencia y dedicación; estamos más próximos al ciudadano, aportando mayor longitudinalidad a la asistencia.

La sanidad que funciona bien no está solo en las grandes capitales; también se construye, cada día, en centros como este, cuyos resultados avalan nuestro trabajo en mejorar la atención sanitaria y donde muchas de las soluciones a los desafíos del sistema ya se están ensayando aquí. Solo hace falta confiar y apostar por ello de forma decidida. Ello requiere de inversiones, sí, pero también de reconocimiento a la actividad que se desarrolla en los mismos y hacia sus profesionales, para que se conviertan en centros atractivos para jóvenes talentos. Este apoyo y reconocimiento no debe ser solo a nivel institucional, que debe ser hecho, por supuesto, sino también por los propios colegas de centros de segunda o tercera atención hospitalaria, donde, sin la existencia de los hospitales de primera atención no serían capaces de llevar a cabo sus actividades. Debemos trabajar en red.

Mi visión para el Hospital Público de Monforte: ofrecer la mejor primera atención hospitalaria y el mejor lugar para comenzar una carrera profesional, donde la atención al paciente sea prioritaria, innovadora y humanizada.  

Desde su doble experiencia como médica y como gestora, ¿qué tipo de perfil profesional necesita hoy el sistema sanitario?
Un perfil mixto, capaz de integrar lo clínico con lo organizativo. Buscamos profesionales con una base médica sólida, complementada con capacidad analítica, habilidades para trabajar en equipo, liderazgo, mentalidad innovadora y capacidad para colaborar con otros sectores.

Mi paso por la industria farmacéutica me enseñó la importancia de la planificación, la medición y la eficiencia. La gestión pública me aportó sensibilidad social y visión de sistema. No siempre lo más eficiente es lo más adecuado para un ámbito asistencial en concreto. Existen muchas externalidades positivas, tangibles e intangibles, que justifican la disposición de medios en determinados momentos.

Hoy no basta con ser un buen médico. Hay que saber gestionar el cambio, movilizar recursos y tomar decisiones con impacto. Y para eso se necesitan líderes con experiencia asistencial, pero también con formación en gestión y una mirada estratégica, sin olvidar que para hacer un buen equipo hay que saber comunicar y empatizar

¿Qué papel juega Asomega en ese impulso al talento médico gallego?
Un papel fundamental. No se ama lo que no se conoce. Asomega es un espacio de referencia y pertenencia para los profesionales de la medicina gallega, estén donde estén. Muestra experiencias, reconoce trayectorias, conecta generaciones, difunde conocimiento y, sobre todo, genera comunidad y orgullo de pertenencia.

El Encontro de Verán es un buen ejemplo de ello: es ciencia, es vínculo, es afecto por el territorio y reconocimiento al trabajo bien hecho.

Para finalizar: ¿qué mensaje quiere transmitir a quienes van a participar en este Encontro?
Que lo disfruten, que vengan con la mente abierta y que sientan este espacio como suyo. El Encontro es una celebración del compromiso profesional y del vínculo con Galicia. Todo el que quiera participar puede hacerlo. ¡Todos serán bienvenidos! Monforte les va a acoger con los brazos abiertos y creo sinceramente que será una jornada para recordar. Por lo que se comparte, por lo que se aprende y por lo que se construye juntos.

“La medicina se vuelve más humana cuando se abre a lo comunitario”

Entrega de la IV Beca Rural en Monforte de Lemos.

El proyecto comunitario impulsado en Manzaneda y Chandrexa de Queixa ha sido reconocido con la IV Beca de Medicina Rural convocada por Asomega y SEMG. La entrega oficial tendrá lugar el próximo 1 de agosto en Monforte de Lemos, durante el Encontro de Verán de Asomega, que incluirá también una mesa redonda sobre longevidad y ruralidad.

Entrega de la IV Beca Rural en Monforte de Lemos.

Una de las claves del proyecto premiado es precisamente su enfoque multidisciplinar: en él participan representantes del ámbito sanitario y del técnico-administrativo, un modelo colaborativo imprescindible para que estas iniciativas comunitarias sean viables, sostenibles y transformadoras.

Tal como explica Enrique González, técnico municipal de desarrollo rural y principal promotor de la idea, “yo creo que es indispensable, imprescindible, que para desarrollar una zona se tenga en cuenta las necesidades específicas del lugar. No todas las zonas rurales se van a desarrollar igual”. El suyo es un planteamiento que parte del análisis del contexto local, con una población envejecida, pero con altos índices de salud y longevidad.

El alcalde de Manzaneda, Amable Fernández, aporta una mirada desde la gestión local: “En el mundo rural, la gente está mucho más activa y se conserva mucho mejor. Para nosotros es un orgullo y una gran oportunidad, a través de estos premios, poder dar las gracias a nuestra gente mayor, que son los que nos han llevado al punto donde estamos”. Además, enfatiza que la alianza entre medicina, administración y comunidad es el motor de este tipo de proyectos.

El médico de familia Carlos Moral destaca precisamente esa colaboración: “La experiencia ha sido un ejercicio de escucha, de adaptación, de aprendizaje colectivo”. Desde su primera edición, la beca Asomega-SEMG ha apostado por visibilizar proyectos como este, nacidos en el territorio y con un fuerte componente humano y participativo. En palabras de Carlos Moral: “La medicina se vuelve más humana y más preventiva cuando se abre a lo comunitario”.

Cabe señalar que el conocimiento de la convocatoria llegó al equipo a través de la interlocución con Asomega, en concreto gracias al estímulo del presidente de la entidad, Julio Ancochea, quien vio en esta iniciativa un ejemplo claro del espíritu que la beca busca reconocer. A partir de ahí fue la solidez, originalidad y coherencia del proyecto lo que llevó al jurado a otorgarle la beca, situando así al Macizo Central ourensano como referente de salud rural innovadora y con raíces.

Asomega, la medicina rural y los mayores

Desde hace años, Asomega viene mostrando un firme compromiso con la medicina rural y la atención a los más mayores. En esta línea, creó el grupo de trabajo Asomega Maiores, coordinado por Inmaculada Ramos, que desde hace tres años organiza sesiones específicas sobre estos temas (como los de Atención Primaria, salud mental o nuevas tecnologías).

Respecto a la ruralidad, Asomega ha participado activamente en proyectos como el impulso al Museo do Médico Rural de Maceda, promovió el homenaje al médico rural de Laza celebrado el año pasado y ha dedicado encuentros de verano anteriores en Allariz y en A Estrada a visibilizar la figura y el papel fundamental del médico de pueblo.

Con esta beca, Asomega sigue apostando por una medicina rural que construye comunidad, que reconoce la sabiduría de los mayores y que se apoya en la colaboración estrecha entre profesionales sanitarios, ayuntamientos, centros educativos y asociaciones.

El acto de entrega, que se celebrará en Monforte de Lemos el próximo 1 de agosto, pondrá el broche al Encontro de Verán de Asomega, un evento centrado precisamente en los temas que este proyecto encarna: ruralidad, longevidad, salud y comunidad. Antes del acto de entrega tendrá lugar una mesa redonda sobre “Longevidad y ruralidad”, en la que se abordarán experiencias y retos de futuro para este modelo de intervención integral.