“Solos somos soñadores, pero juntos podemos ser una herramienta” contra la TB y otras infecciosas

Julio Ancochea, presidente de Asomega, en la jornada de Red TBS: cooperación y solidaridad, claves contra TB e infecciosas en colectivos de riesgo.

12/10/2022

La 1ª Jornada Conjunta de Centros Penitenciarios, Sociosanitarios y Organizaciones
Humanitarias de la Red TBS-Stop Epidemias, dirigida a los diferentes profesionales implicados en el abordaje de la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas, ha ratificado los estragos que ha supuesto y sigue suponiendo la epidemia de Covid-19, así como la necesidad cada vez más acuciante de la sanidad global que reivindica esta entidad.

Coordinación y solidaridad, claves de este primer encuentro de centros de Red TBS-Stop Epidemias

El presidente de Asomega, Julio Ancochea, que preside también el Comité Científico de la Red TBS-Stop Epidemias, ha defendido la pertinencia de este tipo de encuentros porque “colaborar no solo nos enriquece, sino que conocer las distintas experiencias supone una oportunidad para todos”. Sostiene que lo vivido en tiempos recientes nos aboca a una fatalidad cotidiana en la que el conflicto está presente a diario, pero a ello hay que contraponer solidaridad, "cada vez más necesaria para hacer frente a unas enfermedades que tienen como denominador común el hacer mayor mella en las poblaciones más desfavorecidas", ha señalado.

Ancochea define la solidaridad no como dar lo que sobra, sino como "compartir lo que tienes, porque todos juntos podemos llegar más lejos, volar más alto e incluso, por qué no, ser soñadores y mirar a los ojos a la luna”. Se trata de aunar esfuerzos porque el objetivo es común, más aún cuando hablamos de ámbitos que obligan a esa actuación coordinada como centros sanitarios, centros penitenciarios y organizaciones humanitarias. "Solos somos soñadores pero juntos podemos ser una herramienta”, afirma.

Pandemia, dificultades burocráticas... y soledad

Enrique Acín, jefe del Área de Salud Pública de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria del Ministerio del Interior, habló de la situación de las enfermedades infecciosas más prevalentes en centros penitenciarios. Según indicó, la prevalencia del VIH en las cárceles ha bajado del 32% en 1989 al 3,8% en 2021; de tuberculosis solo había 24 casos en 2021; lo de la hepatitis C es espectacular: del 486 % en 1998 al 9% del año pasado; y la tasa de mortalidad por SARS-CoV-2 es menor que entre la población general.

Por su parte, Joan Caylà, presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona, puso de manifiesto que todas las enfermedades de declaración obligatoria se han visto afectadas por la pandemia, dejando un retroceso grave en toda la población. Lo ratificó Javier García Pérez, presidente de NeumoMadrid y secretario general de la Red TBS–Stop Epidemias, con ejemplos que muestran el impacto de la COVID-19 en el control de la tuberculosis, que ha obligado a los profesionales a cambiar enfoques y objetivos.

La vulnerabilidad de los grupos de riesgo fue el eje central de la intervención de Francesca Sánchez Martínez, médica adjunta del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona, que puso el énfasis en las dificultades burocráticas y de acceso al sistema sanitario que tienen los inmigrantes.

Fátima Cabello, directora del Área de Salud de Cruz Roja Española, habló de la salud y los determinantes sociales tras la COVID-19, destacando la gran trascendencia de estos determinantes sociales. Desde su punto de vista, la gran pandemia actual es la soledad, de las personas mayores pero también de los cuidadores.

Otros ponentes en la jornada de Red TBS-Stop Epidemias fueron Susana Catalán, médica del Centro Penitenciario Madrid V, de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias; Xavier Casas, director médico de Serveis Clínics; y Joaquín Rodrigo, presidente de la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares y director general de Sandoz.