De Galicia a Uppsala: la mirada humana del cirujano que reconstruye vidas

Entrevista al cirujano plástico Andrés Rodríguez Lorenzo, santiagués en Suecia y miembro de la Academia Asomega.

15/06/2025

Con una trayectoria que une excelencia técnica y vocación internacional, Andrés Rodríguez Lorenzo se ha consolidado como una de las voces más respetadas en el ámbito de la cirugía plástica y reconstructiva en Europa. Jefe clínico del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario de Uppsala (Suecia) y miembro de la Academia Asomega, este médico gallego ha hecho de la empatía y la escucha activa pilares fundamentales de su práctica clínica.

Premiado por la Sociedad Europea de Cirujanos Plásticos y con experiencia formativa en tres continentes, Rodríguez Lorenzo combina la precisión del quirófano con la convicción de que una buena cirugía empieza mucho antes del bisturí: en el vínculo de confianza entre médico y paciente. En esta entrevista, habla de ética, reconstrucción, vocación y futuro, sin perder de vista sus raíces gallegas ni su compromiso con una medicina cada vez más humana.

Tras completar su formación médica y especializarse en cirugía plástica en España ha desarrollado una destacada carrera en Suecia. ¿Qué le motivó a trasladarse a Uppsala y cómo ha influido esta experiencia internacional en su enfoque hacia la medicina y la atención al paciente?
He completado mi formación en medicina y especialidad a través del MIR en España. Siempre he sentido la inquietud de explorar otras formas de trabajar en el extranjero, lo que me llevó a realizar una subespecialidad en microcirugía en Taiwan y Escocia durante dos años. Hace 15 años tomé la decisión de trasladarme a Suecia motivado por un proyecto muy ilusionante en el desarrollo de cirugía altamente compleja. A lo largo de los últimos años he contribuido activamente a este proyecto y me enorgullece formar parte de uno de los equipos líderes en cirugía reconstructiva en Europa.

Mi experiencia laboral en diversos países ha sido fundamental en mi desarrollo como médico. Conocer diferentes enfoques de trabajo me ha permitido mejorar mis habilidades y brindar una atención más completa y efectiva a mis pacientes.

¿Cómo mantiene los vínculos con Galicia, viaja a menudo? Y desde el punto de vista profesional, ¿tiene contactos con su universidad o con centros de investigación gallegos?
A nivel personal, visito Galicia cada año, ya que gran parte de mi familia reside allí y considero esa tierra como la mía. Desde el ámbito profesional, mantengo una relación con los hospitales universitarios en Galicia, donde varios residentes de cirugía plástica vienen regularmente a Suecia para rotar y aprender técnicas de microcirugía. Además, mantengo contacto con numerosos colegas cirujanos plásticos y he tenido el honor de ser invitado en varias ocasiones por la Sociedad Española y la Sociedad Gallega de Cirugía Plástica a sus congresos anuales para compartir mi experiencia en cirugía reconstructiva.

Siendo miembro del Comité Internacional de Asomega y de la Academia Asomega, ¿cómo cree que las colaboraciones entre profesionales gallegos y centros internacionales pueden enriquecer la práctica médica y promover una atención más cercana al paciente?
Personalmente, considero que la colaboración internacional es esencial para el progreso en medicina. Los avances continuos en este campo se producen en diversas partes del mundo, y todos los pacientes se benefician de estos desarrollos. Como médico, es fundamental mantenerse al tanto de los avances a nivel internacional y establecer mecanismos de colaboración no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional, en beneficio de los pacientes.

La cirugía plástica, especialmente en casos reconstructivos, tiene un profundo impacto en la calidad de vida de los pacientes. ¿Cómo integra la empatía y la comunicación en su práctica diaria?
Mi especialidad, cirugía plástica y reparadora, se centra en mejorar la calidad de vida de los pacientes. Es un campo que abarca todo el cuerpo y ofrece soluciones a problemas complejos como secuelas de traumatismos, cáncer o deformidades congénitas. En mi enfoque, cada paciente es abordado con humildad y con la premisa de comprender cuál es su principal necesidad y cómo puedo ayudarlo. Para mí, el éxito en la reconstrucción no se limita únicamente a la excelencia técnica o quirúrgica, sino a cumplir las expectativas que el paciente tenía antes de la cirugía. Por lo tanto, considero que la comunicación con el paciente es fundamental. Establecer expectativas realistas sobre los resultados y demostrar empatía para comprender el sufrimiento principal del paciente son aspectos clave para abordar y solucionar adecuadamente sus necesidades.

Andrés Rodríguez-Lorenzo.

Andrés Rodríguez-Lorenzo.

En su experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos éticos que enfrenta en la cirugía reconstructiva y cómo aborda situaciones complejas que requieren decisiones sensibles?
Los desafíos éticos que enfrentamos en mi especialidad no difieren mucho de los que enfrenta cualquier médico. En general, como médicos o cirujanos, nuestro objetivo es proporcionar tratamientos respaldados por la mejor evidencia científica para resolver los problemas de los pacientes, siempre evaluando los riesgos para garantizar que la cirugía mejore la calidad de vida sin generar daños adicionales. En ocasiones, los dilemas éticos surgen debido al contexto de cada paciente o en casos complejos donde no hay evidencia clara sobre cuál es la mejor opción quirúrgica.

En estos casos, es fundamental abordar el caso en un equipo multidisciplinar que, a través de diferentes perspectivas, ayude a tomar la mejor decisión posible. Siempre se debe proporcionar información honesta al paciente sobre los riesgos de complicaciones y la relación riesgo-beneficio para ayudar en la toma de decisiones. En mi práctica, no es inusual enfrentar casos únicos en complejidad, donde evaluar el riesgo y beneficio de la cirugía con el paciente es crucial para tomar la mejor decisión.

Como miembro de la Academia Asomega, ¿cómo valora el papel de las asociaciones médicas en la promoción de una medicina más humana y centrada en el paciente?
Valoro positivamente el enfoque de cada especialidad en utilizar sus congresos y foros para abordar el progreso científico y técnico. Sin embargo, considero fundamental la existencia de espacios profesionales donde se discutan ampliamente los aspectos éticos y humanos inherentes al trabajo médico. Asimismo, es crucial la divulgación clara y accesible de los avances en medicina a la población en general. En este sentido, asociaciones como ASOMEGA desempeñan un papel importante en este ámbito.

La conciliación entre la vida profesional y personal es un reto. ¿Considera que hay más facilidades para esa conciliación en Suecia que en España?
Es posible que en Suecia existan más facilidades en cuanto a las bajas de paternidad y maternidad, que suelen ser más largas que en España. Sin embargo, en mi experiencia, puede que haya menos cultura de apoyo familiar en comparación con la que existe en España.

¿Qué consejos ofrecería a los jóvenes profesionales que inician su carrera en Medicina? 
Es difícil ofrecer un consejo general, dado que las aspiraciones y necesidades de cada individuo suelen ser distintas. Sin embargo, mi recomendación sería la de mantener una ambición constante por adquirir conocimientos a lo largo de toda la vida profesional, mantener una mente abierta a diferentes métodos de trabajo y, definitivamente, salir de la zona de confort. Creo firmemente que esta es la única manera de mejorar y crecer como profesional.

¿Volverá a Galicia?
A nivel personal, regreso a Galicia todos los años, ya que es mi tierra natal. En el ámbito profesional, me encantaría regresar a trabajar en Galicia en el futuro. Sin embargo, en el corto y medio plazo, es complicado debido a los compromisos profesionales que he adquirido en Suecia.