El compromiso de Asomega Axuda, desde su puesta en marcha en 2021, se centra en destinar un porcentaje de los fondos obtenidos por la Asociación de Médicos Gallegos a "proyectos de ayuda, humanización de la sanidad, asociaciones de pacientes o entidades que luchan y tienen programas para esta humanización", como explica el presidente de Asomega, Julio Ancochea.
A lo largo de este último año su actividad se ha centrado en el apoyo a la entidad Camina Senegal, a ACNUR con motivo de la llegada de refugiados de Ucrania y a la Asociación Gallega de Fibrosis Quística, para la que, en el marco de la Feira da Saúde que se organizó en Santiago, se montó la actividad "Camino de Solidaridade".
Como cierre de su actividad en 2022, desde Asomega Axuda se ha decidido apoyar la actividad de dos entidades que se centran en la ayuda a personas con capacidades diferentes, una de ellas de ámbito nacional y otra estrictamente gallega.
Nacida en 2017, esta asociación busca la integración e igualdad de las personas con diferentes capacidades, lo que implica "su derecho al respeto, independencia, conocimiento, libertad de elección, su inclusión social y laboral, calidad de vida, éxito e igualdad".
Su nombre es hermoso y evocador, como lo es la explicación que ellos mismos ofrecen de su origen: "Un día nos pusimos a mirar al cielo y nuestra Mirada se posó en Marte, un objetivo imposible de alcanzar y sin embargo, cada vez más cercano. Y decidimos; acompañar, llevar de la mano, empujar, arrastrar si es preciso, a nuestros hijos hasta sus propias metas, que nunca son las que sus etiquetas les imponen".
Su promotor es el vigués Francisco Javier Pitillas, cuya reciente jubilación como Policía Local de Vigo le va a permitir volcarse aún más, si cabe, en este proyecto, focalizado en realizar deporte con personas de movilidad reducida. Esta iniciativa le valió el nombramiento por el Concello de Vigo en 2014 como vigués distinguido y en 2015 obtuvo la condecoración de la Orden al Mérito Civil.
Como se explica en su web, "La historia de DisCamino empieza en agosto de 2009 cuando Gerardo, un muchacho sordo-ciego de Vigo, hizo su primer Camino de Santiago pedaleando sobre un Copilot, triciclo tándem de origen holandés que un alma caritativa decidió donar para que pudiera cumplir su sueño".
Ese fue el punto de partida, pero la historia no acabó ahí: "Una vez en la plaza del Obradoiro, cuando la ruta había llegado a su fin y los que habíamos acompañado a aquel entusiasta “peregrino aventurero” nos felicitábamos por haberla terminado sin percances, Gerardo pronunció unas palabras que nos marcaron profundamente: “Javier, busca a más personas con problemas como yo para hacer el Camino muchos años”.
Recientemente se ha emitido en La2 de TVE un documental que refleja a la perfección el espíritu y la actividad de DisCamino.
Y desde Asomega queremos estar a su lado. Ya nos conocen. Somos médicos gallegos y pretendemos hacer una medicina más humana, humanizada y humanista.
Y aquí me tienen rodeado de libros para dirigirme a todos ustedes con estas breves palabras. Y voy a empezar con un libro editado hace aproximadamente un año: “Duelo y aplausos”, coordinado por el director médico del Hospital Universitario de la Princesa (Eduardo García Navarrete) en el que han participado muchos profesionales del hospital y donde he tenido la ocasión y el honor de poder escribir un capítulo.
Hablo, precisamente, de un enfermo respiratorio crónico que ha sido un gran poeta, eterno, inolvidable, Mario Benedetti. En el año 2007 yo era presidente de la SEPAR y conocí a Mario Benedetti, quien fue tratado y seguido (a veces a escondidas) en nuestro Servicio de Neumología. Mario Benedetti estaba triste tras la pérdida por el fallecimiento de Luz, su mujer, pero a pesar de ello nunca se rindió:
No te rindas, por favor no cedas aunque el frío queme aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero.
Nosotros, los profesionales sanitarios no nos rendimos y ustedes, nuestros amigos, nuestros pacientes, tampoco.
Tenemos que seguir luchando contra esta cruel pandemia y otros retos que se nos plantean cada día y hacemos una llamada a la prudencia, a la prevención, al sentido común, a lo que los gallegos llamamos sentidiño. Soy gallego, ourensano, da Pobra de Trives (mi cuna, mi casa, mis sueños, mis raíces) y quiero que este sentidiño guíe mis pasos en la vida.
Sobre mi mesa de trabajo tengo también otros libros, por ejemplo este que me regaló Albert Jovell, el fundador del Foro Español de Pacientes: “Liderazgo afectivo”, cuyo subtítulo es “Lo que necesitas es amor”. Y en este libro Albert Jovell descubre la esencia del liderazgo como resultado de los sentimientos y el afecto interpersonal. Otro libro de Albert, “La confianza”, ha sido una referencia constante en mi vida, es la clave de la relación interpersonal, de la relación entre los profesionales sanitarios y nuestros pacientes. Reivindico ese liderazgo efectivo basado en la confianza.
En Asomega, los médicos gallegos decimos que la medicina es ciencia, es arte, son valores y también es sentimiento. Hay una medicina basada en los afectos. Ya lo decía el actual Defensor del Pueblo, mi paciente y amigo Ángel Gabilondo, que fue rector de nuestra Universidad Autónoma de Madrid y catedrático de Metafísica: “Sin afectos, no hay conceptos”. Ángel Gabilondo también ha escrito varios libros; uno de ellos se denomina “Alguien con quien hablar”. En ese libro nos dice que “El ritmo de la vida, de la respiración, de la sangre, habita en cada palabra. Es la insurrección de la palabra. Son latidos de la palabra. En ella encontramos tantas veces la fuerza y las razones de las que carecemos. Y las emociones y los sentimientos que nos confirman que sin afectos no hay conceptos. Pensar no es un mero acto mental, una actividad para acreditar o justificar la falta de sensibilidad. En un tiempo difícil la palabra nos acerca al otro, nos relaciona, nos vincula y muestra en ocasiones la distancia irreductible… Hablar con alguien es quererle…”. Ángel tiene otro libro que se llama “Contigo”. El título lo dice todo: “Contigo, digo mejor conmigo. Contigo es menos difícil…”.
De manera que los profesionales sanitarios y nuestros pacientes caminamos juntos. Permítanme volver a Mario Benedetti quien, en otro de sus poemas, que muchos de ustedes conocen, dice en “Hagamos un trato”: "Compañera / usted sabe / que puede contar / conmigo / no hasta dos / o hasta diez / sino contar / conmigo”.
Y en otro fragmento, añade, “pero hagamos un trato / yo también quisiera contar / con usted / es tan lindo / saber que usted existe / uno se siente vivo / y cuando digo estos / quiero decir contar / aunque sea hasta dos / aunque sea hasta cinco / no ya para que acuda / presurosa en mi auxilio / sino para saber / a ciencia cierta / que usted sabe que puede / contar conmigo”.
En fin, estas Navidades quizás nos dejen un sabor agridulce tal como está el mundo y las circunstancias que nos toca vivir. Sin embargo, desde Asomega no cejamos, no nos rendimos, seguimos adelante al igual que desde la Red TBS-Stop Epidemias, desde nuestro Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa o desde la Universidad Autónoma de Madrid y de muchas otras entidades en las que tengo el grato privilegio de participar.
Los que seguimos tratando de reivindicar en nuestras vidas talento y esfuerzo, rigor y pasión y nunca dejamos de soñar, somos cada vez más conscientes de que el futuro depende de que sepamos conjugar la primera persona del plural, el nosotras, el nosotros… todos juntos luchando por un mundo mejor.
Sí, el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños. Nunca dejemos de soñar. Como decía Rosalía de Castro en su obra En las orillas del Sar, “es venturoso el que soñando muere, infeliz el que vive sin soñar”.
Asomega resume el espíritu de lo que nos une: la ciencia y una Medicina ejercida por y para personas. Y por supuesto, Galicia, siempre en el corazón, siempre presente y viva. Como decía Florencio Delgado Gurriarán, el escritor y poeta de Córgomo que este año que acaba protagonizó el Día das Letras Galegas:
¡Galicia é infinda! Nosa Galicia é máis que toda a terra. Bela estrada de ensoño, con macadam de estrelas, a Vía Latea é camiño que leva a Compostela. Nosa Galicia é máis que toda a Terra Galicia só limita coa Saudade, elástica fronteira que serve para o tempo e para o espacio -onde un galego está, atópcas ela- mais que ninguén atravesala pode inda que leve nos papés: poeta.
Galicia es un sentimiento, de forma especialmente intenso para los que vivimos fuera, un punto de referencia afectivo y emocional. Pero no solo eso. También es una realidad palpable, y en estas líneas queremos dejar patente nuestra convicción de que la Medicina gallega, innovadora y pujante, es un ejemplo para el resto del país. Y de que los profesionales gallegos pueden y deben ser un referente de la sanidad española, una sanidad sin fronteras.
Es verdad que la pandemia y otras vicisitudes, la invasión de Ucrania, el cambio climático y muchas cosas que vemos a nuestro alrededor nos rompen el corazón. Es por ello que debemos más que nunca respirar hondo, muy hondo, y desde Asomega os proponemos hacer un esfuerzo por ser mejores, mejorar en todo lo posible y, por qué no, también en lo que parece imposible: respiremos ciencia, sueños, pasión, futuro, esperanza, solidaridad… ¡respiremos vida!
Que tengamos un venturoso, próspero, pacífico y estable 2023 y que sea el año de la equidad, el compromiso, la ciencia y la solidaridad.
Madrid acoge, hasta el 29 de enero, la exposición "El poder de la palabra. 40 años del Parlamento de Galicia.1981-2021", que repasa los hechos más destacados de las cuatro décadas de vida del Legislativo gallego desde su constitución, el 19 de diciembre de 1981 en el Pazo de Xelmírez, hasta la actualidad. Esta semana ha sido su puesta de largo en la Casa de Galicia de Madrid, en la que ha participado el presidente de Asomega, Julio Ancochea.
Miguel Santalices interviene en la presentación en Madrid de la exposición, flanqueado por el director de la Casa de Galicia en Madrid, Juan Carlos Serrano López (izquierda) y el comisario de la muestra, Ramón Villares Paz, catedrático de Historia Contemporánea de la USC.
En dicho acto Miguel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia, ha asegurado que llevar esta exposición a Madrid era una obligación en la medida en que el éxito de la descentralización territorial auspiciada por la Constitución española “no puede ni debe entenderse desde una visión local". “Galicia -afirmó- forma parte del Estado de las Autonomías, apostamos decididamente por nuestra autonomía, pero siempre desde la lealtad institucional plena, sincera, a los poderes del Estado".
Otra de las razones que animó al Parlamento de Galicia a trasladar esta muestra a Madrid guardia relación con la nutrida comunidad gallega asentada en la capital. “Ni la Galicia actual, ni la de nuestros antepasados, puede entenderse sin la Galicia universal integrada por los gallegos que residen fuera de nuestras fronteras geográficas. Madrid es un buen ejemplo de eso, como acreditan los miles de madrigallegos asentados en esta ciudad y en esta comunidad que nos recibe siempre con los brazos abiertos", aseveró Santalices.
Exposición itinerante
La muestra permaneció abierta al público en la sed del Legislativo autonómico entre el 15 de diciembre de 2021 y el 15 de marzo de este año, iniciando después un recorrido por las ciudades gallegas. Fue comisariada por Ramón Villares Paz, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela.
La exposición está integrada por 24 paneles, un vídeo divulgativo y 17 vitrinas con documentación histórica y bibliografía relacionada con el proceso de configuración de la autonomía de Galicia. 24 paneles, un vídeo divulgativo y 17 vitrinas
El presidente del Parlamento adelantó que una vez que finalice en Madrid, se trasladará a Lisboa, comenzando un recorrido por algunas de las ciudades europeas, y seguramente latinoamericanas, con mayor presencia de la emigración gallega.
Entre otros documentos, en la exposición se puede contemplar la Propuesta de Consejo de Galicia de Castelao, datada alrededor de 1943 y cedida por la Biblioteca de la Fundación Penzol, o el mapa Gallaecia Regnum, datado en torno al 1635 y cedido por el Museo do Pobo Galego.
La muestra también incorpora obras como el Estatuto de Galicia. Antecedentes y comentarios, editada en 1948 por la colectividad gallega en Argentina y cedida por el historiador Miguel Ángel Seixas Seoane.
¿De qué sirve tener ambiciosos planes de promoción de la actividad física si a medida que van tratando de aterrizarse desde lo teórico a la práctica pierden fuelle? ¿Y qué utilidad tiene disponer de datos biométricos y de actividad de la población si luego no sirven para impulsar acciones concretas?
Estas y otras preguntas se plantean a raíz de la intervención del profesor de Didáctica de la Educación Física de la Universidad de Santiago de Compostela Javier Rico, que ha participado en la mesa "Prevención y hábitos de vida saludables" del II Encontro Mundial de Médicos Galegos.
Javier Rico, profesor de Didáctica de la Educación Física en la USC.
Ha comenzado su intervención recordando el consenso de la OMS respecto a los beneficios de la actividad física sobre la salud, resumidos así:
la actividad física favorece la prevención y gestión de las enfermedades crónicas no transmisibles.
reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad.
es positiva para la salud mental porque mejora las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio.
podría evitar hasta cinco millones de fallecimientos anuales.
las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20 y un 30% mayor que quienes sí lo tienen.
Factores que llevan a que la actividad física incida "en el ahorro económico del sistema sociosanitario y reduce, previene, aleja la pérdida de autonomía de las personas de edad. Además, dinamiza zonas a través de experiencias, genera arraigo en la zona y es un motor económico".
La necesidad de "aterrizar" los planes
El experto se ha referido en su intervención a diversas iniciativas de promoción de la salud y de la actividad física como el Plan Galicia Saludable. Para todas estas propuestas destaca la importancia de plantear un abordaje desde todos los frentes posibles: "No basta desde el sanitario, también hace falta el educativo, el empresarial, etc. Cuanto más impliquemos a la sociedad más efectivos serán los programas".
A este respecto, ha puesto un ejemplo concreto: la Plataforma galega para a valoración do condición física saudable tiene recogidos valores sobre composición corporal y condición física de más de 21.000 alumnos gallegos. El objetivo es tener datos de IMC, perímetro cintura cadera, peso-altura, resistencia, velocidad, agilidad, fuerza tren superior e inferior, etc., del 100% de la población escolar.
"En 2020 se integra esta plataforma en IANUS (Historia Clínica Electrónica) y se están empezando a volcar estos datos para que los servicios de Pediatría tengan acceso a esa información de forma que haya comunicación entre el sistema sanitario, el educativo y por supuesto las familias", explica. Insiste en la importancia de la transferencia de datos que implica a ayuntamientos, centros educativos, centros sanitarios y familias "para que las acciones ya no sean concretas de un grupo de investigación sino que lleguen a la gente".
Susana Rodríguez Gacio
Previamente a la intervención de Javier Rico se proyectó un vídeo de la medallista paralímpica y médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación Susana Rodríguez Gacio, cuyos compromisos deportivos le impidieron asistir al II Encontro Mundial de Médicos Galegos.
En su breve intervención destacó la importancia del deporte y la actividad física para todos los colectivos, ya sean personas con discapacidad, con mayor o menor edad o con unas cualidades personales determinadas. "Es uno de los factores esenciales para la prevención de un sinfín de patologías y para abordar un problema tan importante hoy día en la sociedad como es la obesidad, tanto en población adulta como en infantil", añadió.
En la reciente Asamblea de la Asociación de Médicos Gallegos se aprobó la renovación parcial de cargos de la Junta Directiva prevista en los estatutos, que se saldó con la renovación de las vocalías y la "permuta" de puestos entre el anterior secretario, Adolfo de la Fuente, y el vocal Ramón Mel. Pero hubo otro cambio enormemente relevante: la ampliación del número de vocalías de ocho a diez y la decisión unánime de que se incorporen a ellas dos personas que ya han mostrado sobradamente su compromiso con Asomega: Rosaura Leis y Bartolomé Burguera.
La primera fue una de las socias más activas en la organización y puesta en marcha de la Feira da Saúde que Asomega organizó en el marco del II Encontro Mundial de Médicos Galegos, y fue también ponente de una de las mesas, la que versó sobre Dieta Atlántica. Burguera, por su parte, fue ponente en la mesa que el Encontro reservó para las actividades de Asomega, en la que habló de "Perspectiva senior de la formación médica en EEUU".
Participó en el I Encontro Mundial de Médicos Galegos que organizó Asomega en 2019. Su ponencia versó sobre "Evolución histórica de la dieta atlántica" y en ella afirmó que "la gastronomía gallega es el resultado de acontecimientos históricos que se inician con la cultura castrense. Continúan con la del imperio romano, el camino de Santiago, los monasterios benedictinos, la nobleza gallega y sus castillos y pazos, el descubrimiento de América y el gran número de alimentos que trae la emigración gallega a América".
Bartolomé Burguera de la Fuente
Bartolomé Burguera es profesor de medicina en el Cleveland Clinic Lerner College of Medicine y preside el Instituto de Endocrinología y Metabolismo de la Cleveland Clinic.
Licenciado en la Universidad de Santiago de Compostela, completó su residencia en el Hospital Norwalk en Medicina Interna en 1996 y tuvo una beca en Endocrinología de la Clínica Mayo en 1999. Se ha desempeñado como investigador principal, co-investigador o consultor en varios proyectos financiados con fondos federales y farmacéuticos, centrándose en la terapia de la obesidad tanto en EEUU como en España. Ha publicado más de 100 artículos y capítulos de libros en el campo de la obesidad.
En 2017 fue galardonado con el XX Premio Nóvoa Santos que concede Asomega y desde entonces ha intensificado su relación con la entidad, como lo demuestra su presencia en los dos Encontros Mundiales y su propuesta, que se materializará en 2023, para organizar la I Beca Asomega - Cleveland Clinic.
El Paraninfo de la Universidad de Alcalá (UAH) ha acogido la entrega de los Premios de Investigación y Transferencia 2022. Durante ese mismo acto se ha procedido a la entrega de los Premios Doctora de Alcalá, promovidos por Cantabria Labs, cuyo fin es dar visibilidad a la mujer en el ámbito de la investigación.
María José Alonso recibe el Premio Doctora de Alcalá.
Como explicó Sandra García Gallego, directora de Investigación e Internacionalización de la UAH, la distinción hace referencia a doña María Isidra de Guzmán y de la Cerda, primera mujer que ostentó el grado universitario de doctor, obtenido en la hoy denominada Universidad de Alcalá. En su memoria se crean estos premios, con dos categorías: jóvenes investigadoras y excelencia investigadora, dotadas con 5.000 y 20.000 euros respectivamente. Cada categoría presenta a su vez dos modalidades: experimentales y humanas y sociales.
En el capítulo de excelencia investigadora, el premio en ciencias experimentales ha sido en esta primera edición para María José Alonso, catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela y Premio Nóvoa Santos de Asomega. El jurado ha destacado "la excelencia de sus contribuciones científicas, el impacto de las mismas, su capacidad de liderazgo, así como el equilibrio y calidad que presenta su trayectoria investigadora y la calidad de los apoyos recibidos".
La "impostora"
Honrada y emocionada por el premio, Alonso ha agradecido a la universidad su sensibilidad por querer hacer visible la labor investigadora de las mujeres. Ha recordado aquella frase de Santiago Ramón y Cajal que decía que "todo hombre puede ser escultor de su propio cerebro" y ha añadido que "hoy diría toda persona, y hay que transmitírselo a las mujeres".
Según ha explicado, ha sido la primera responsable de grupo de investigación o la primera catedrática, y cuando llegaban esos nombramientos "no me parecía especial. Años más tarde me di cuenta de que nadie me había puesto trabas en mi desarrollo profesional, pero sí me las he puesto yo misma por falta de confianza, miedo a asumir riesgos".
"El síndrome de la impostora", ha dicho, que asegura verlo continuamente y de forma más notoria en mujeres: "Es como si tuviéramos reparo a la ambición, bien vista en el caso del hombre". Por eso, ha finalizado su intervención dedicando el premio "a todas aquellas mujeres que luchan por esculpir su cerebro, por desarrollarse intelectualmente. Porque nosotras también podemos contribuir significativamente a nuestra sociedad, contribuir de forma tangible a que esta sociedad sea mejor", ha asegurado.
“Soy un absoluto convencido de que sumando fortalezas multiplicamos resultados. Sumando la financiación pública más una gestión profesional y/o empresarial obtendremos mejores resultados en salud objetivables, medibles y percibidos”. Con esta declaración de principios arrancó José Manuel Baltar su participación en la mesa sobre gestión sanitaria del II Encontro Mundial de Médicos Galegos de Asomega, donde habló de “Colaboración público-privada: ¡¿Amigos para siempre?!”.
José Manuel Baltar durante su intervención en el II Encontro Mundial de Médicos Galegos de Asomega.
José Manuel Baltar es matemático especializado en Estadística e Investigación Operativa, Master en Economía de la Salud y Gestión Sanitaria, Master en Dirección Económica y Administrativa de Hospitales, y Master de Gestión Empresarial. Ha ocupado diferentes puestos en el sector público sanitario, entre ellos el de consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias entre 2017 y 2019. Actualmente es director de Operaciones de Hospitales San Roque y director gerente del Hospital San Roque Las Palmas de Gran Canaria. Ha sido también vicepresidente de Aspe (Alianza de la Sanidad Privada Española).
Para Baltar, la adecuada combinación de recursos públicos y privados en el ámbito sanitario, como en todos, ha de ir acompañada de un elemento imprescindible: sistemas de evaluación, control y medición homologables. En este sentido, se congratula del anuncio por parte del Gobierno de la creación de la Agencia Estatal de Evaluación de Políticas Públicas.
Por otra parte, constata que el debate sobre las sinergias entre la sanidad pública y la privada sigue desarrollándose prácticamente en idénticos términos a los que se observaban a finales del siglo pasado. La diferencia es que ahora “los ciudadanos, la sociedad, evoluciona con un reloj que ya no se corresponde con el de la Administración común. La realidad de nuestro entorno ya no funciona de acuerdo con la administración, no funciona al mismo tiempo, y esos relojes hay que acompasarlos”.
Como primera medida para conseguirlo, aboga por una de las reivindicaciones clásicas que se formulan en la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), a la que pertenece: “Hay que empezar a pelear duramente por la profesionalización de los gestores sanitarios”.
Añade que el éxito de cualquier iniciativa de colaboración público-privada viene determinado por tres elementos transversales: la seguridad jurídica, la transparencia y la rendición de cuentas. El problema, señala, es que “hasta el momento las decisiones han sido más fruto de la ideología que de un debate fundado que permitiera analizar de forma objetiva las virtudes, resultados y riesgos de los distintos modelos de gestión”.
Ese peso ideológico se traduce, a su entender, en una excesiva “carga de pasión, pero de una pasión negativa. La pasión constructiva suma, permite crecer. De la que hablo es una pasión que resta, divide y convierte todo en una involución. Tiene que haber un nivel ideológico y político, pero han de primar planteamientos profesionales de la gestión”, afirma.
Recientemente ha tenido lugar la 17ª edición de los premios ‘Best in Class’ (BiC), que concede la publicación especializada en sanidad "Gaceta Médica" y la Cátedra de Innovación y Gestión Sanitaria de la Universidad Rey Juan Carlos. En esta gala, como señalaba el propio medio de comunicación en su crónica, la Comunidad de Madrid y Galicia destacaron por los reconocimientos recibidos.
El Conselleiro de Sanidade de la Xunta de Galicia, Julio García Comesaña, recoge el Premio a la Estrategia en Oncología otorgado a Galicia. A su izquierda Rafael López, jefe de Oncología del CHUS y director de Academia Asomega.
En total se entregaron 34 premios en las principales categorías de la atención médica. La base para su concesión es el Índice de Calidad en Atención al Paciente (ICAP), que según explica el medio online es "un distintivo emblemático que permite obtener una puntuación exacta a partir de un cuestionario que completa cada servicio".
Entre las distinciones logradas por Galicia destacan los premios al Mejor Plan Estratégico de Oncología en las Comunidades Autónomas (recogido por Rafael López, director de Academia Asomega) y al Mejor Abordaje en Enfermedades Raras.
Aparte de esos premios especiales, la comunidad gallega fue receptora de otros diez galardones (solo uno por detrás de la Comunidad de Madrid) en los siguientes servicios:
El Servicio de Atención Primaria de A Estrada, en Pontevedra, ha vuelto a ser el mejor centro de este nivel asistencial a escala nacional, por sexta vez.
El Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra se hizo con el BiC de Atención Primaria a la Mejor Organización Integrada, así como con los premios de Dermatología y Hepatitis C.
El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña ha recibido las distinciones en Dolor, Medicina Preventiva y Salud Pública, Neurociencias y Urgencias.
El Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, por su parte, ve reconocidos sus servicios de Cardiología y Neurología.
La tradición gallega en estos galardones viene de lejos, así como la presencia en ellos de otros médicos de la tierra en la diáspora, como fue el caso en 2017 y 2018 del presidente de Asomega, Julio Ancochea, y el Servicio de Neumología del Hospital de La Princesa de Madrid que dirige.
Jonathan McFarland ejemplifica como nadie la frase de los estatutos de Asomega que señala que la pertenencia a la asociación no se limita a los nacidos en tierras gallegas, sino que se acoge con igual agrado a quien tenga "una sensibilidad especial con Galicia". Tal es el caso de este celta cercano y empático que ha hecho de la aplicación de las Humanidades a la práctica médica su razón de ser intelectual, académica y vital.
Para empezar, una pregunta personal: ¿cuál es su trayectoria vital y académica? ¿Cómo un británico especialista en literatura e historia acaba especializándose en la reflexión y difusión de las humanidades aplicadas a la práctica médica?
Muchas gracias por esta pregunta porque es algo que me pregunto a mí mismo continuamente. La respuesta es sencilla: yo estudiaba Humanidades con una especialización en Literatura. Pero a los 16 años, cuando en Inglaterra se tiene que decidir por las Ciencias o las Humanidades dudé, porque me gustaban AMBAS, especialmente la Biología. Otra cosa muy importante en relación con esta pregunta es que vengo de una familia con muchos médicos.
Hay una anécdota que quiero compartir: un primo de mi padre me dijo hace años: un niño que atendía el teléfono en casa al pedirle que se pusiera el Dr. McFarland contestó: “¿Cuál de los Dr. McFarlands? ¡Hay cinco en el salón en este momento!”. Pienso que tenía desde siempre la Medicina en mis venas. Recuerdo ir a misa el día de Navidad en el Royal Southern Hospital, en Liverpool, cuando tenía 5 o 6 años, y ver a mi padre operar a un adolescente. Son recuerdos fijados en mi memoria (mi mindset). La pregunta que continuamente me hago a mí mismo es: ¿por qué no estudié Medicina? Y probablemente ahora, 40 años después, esta pregunta ha sido contestada: porque ahora puedo juntar las Humanidades aplicadas a la práctica médica y estoy muy orgulloso de ello. Solamente me entristece a veces pensar que mi padre nunca pudo ver lo que estoy haciendo hoy en día.
Necesitamos restaurar el balance entre el modelo biomédico, que concibe al paciente como un cuerpo mecánico, y el humanista, que lo concibe como un sujeto en términos de mente y cuerpo
Su libro, que coedita con María Giulia Marini, se enmarca dentro de la serie de Springer "Nuevos paradigmas de la atención sanitaria". ¿Por qué cree que necesitamos esos nuevos paradigmas? ¿Se ha agotado el modelo de atención sanitaria que fuimos desarrollando, al menos en nuestro mundo occidental, entre los siglos XIX y XX?
He tenido el honor de ser invitado por María Giulia Marini a ser co-editor de esta serie "Nuevos paradigmas de la atención sanitaria". Y aprovecho para dar las gracias a ella y a Springer por empezar este gran e importante proyecto.
Quizás ‘agotar’ no sea la palabra adecuada; sin embargo, estoy convencido de que ahora, y especialmente con la pandemia, que por cierto sigue con nosotros, una nueva manera de mirar a la Atención Sanitaria es más que esencial. ¿Por qué? La medicina basada en pruebas (EBM) y el enorme avance en muchas tecnologías han significado progresos enormes en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades. Esto es indiscutible, ¿pero a qué coste? No estoy hablando del coste económico, que es otro problema, pues ahora no es el momento de hablar de ello y tampoco me siento cualificado para hacerlo. Quizás el modelo NO está agotado, pero estoy convencido que necesita ser ‘re-equilibrado’ porque la atención de este modelo biomédico está empezando a olvidarse de la razón fundamental de la Medicina: el paciente.
Existe hoy en día una gran dicotomía en la Medicina entre este modelo biomédico, que concibe al paciente como un cuerpo mecánico compuesto por partes separadas que interactúan con fines funcionales, y el modelo humanista, que concibe al paciente como un sujeto en términos de mente y cuerpo, o como una persona única o yo. Y lo que es más importante es que el paciente o persona está situado dentro de un entorno cultural y social, su mundo vital. Necesitamos encontrar o restaurar el balance entre esos dos modelos de mirar la Medicina.
Opino que este cambio sería beneficioso para todos, médicos o profesional sanitario y pacientes. Y en esta serie editada por Springer vamos a intentar hacerlo. Los siguientes títulos que saldrán en 2023 explican bien lo que queremos lograr: El arte y la ciencia del cuidado compasivo: Una guía práctica (febrero 2023), El paciente como persona: un enfoque integrado y sistémico del paciente y la enfermedad (marzo 2023) y Enseñanza, investigación, innovación y compromiso público (marzo 2023).
Jonathan McFarland posa con el libro que acaba de coeditar.
En su libro se ponen en marcha diferentes herramientas de reflexión para promover la salud de los ciudadanos como la literatura, la filosofía, el arte, etc. ¿Corremos el riesgo con la excesiva tecnificación de la ciencia de que pierda su verdadero sentido como herramienta al servicio del ser humano?
Sin duda. Pero lo interesante es que las banderas rojas de esta excesiva tecnificación en la atención sanitaria fueron levantadas hace mucho tiempo. El gran humanista, médico y ético Edmund Pellegrino ya avisaba de ello en los 70 y 80. El escribió lo siguiente ¡¡ya en 1986!!:
‘La actividad médica no es, por tanto, una actividad científica en el sentido que la física o la biología son actividades científicas. No es arte en el sentido en que la pintura es arte. Tampoco es una de las humanidades en el sentido en que la literatura es una de las humanidades. La Medicina recurre a conocimientos, habilidades y técnicas de la ciencia, el arte y las humanidades, pero para con un fin distinto y definido que no es el fin de ninguna de estas otras disciplinas’.
Entonces muchas veces debemos dar énfasis en mirar atrás para avanzar hacia el futuro. Sin embargo, tengo dudas de que los humanos aprendamos de nuestros errores. Espero que esté equivocado.
La pandemia ha resaltado la importancia de combinar la ciencia y las humanidades por el bien del paciente y los profesionales de la salud
¿Qué nos ha enseñado la epidemia de Covid-19 respecto a la humanización de la asistencia?
La pandemia de Covid-19 no ha terminado. Creo que vamos a estar aprendiendo de ella durante muchos años más, y sólo espero que estemos preparados para la siguiente pandemia. Sin embargo, la deshumanización de la asistencia a pacientes de COVID-19 nos ha marcados a todos; todos conocemos alguien que ha muerto sin sus seres queridos al lado; todos hemos estado afectados de una manera u otra. La paradoja fue bien explicada por Gavin Francis, un médico de familia y escritor escocés, cuando dijo que toda su vida había intentado estar cerca de sus pacientes, y especialmente cuando se acercaba su final. Pero durante la pandemia tuvo que alejarse de ellos, de una manera contraria a sus instintos básicos de buen médico. Nunca, nunca tenemos que olvidar lo que han sufrido los profesionales de salud; y aún siguen sufriendo.
Sinceramente creo que la pandemia ha resaltado la importancia de combinar la ciencia y las humanidades por el bien del paciente y los profesionales de salud.
Y en el lado negativo, ¿podría ser la fácil propagación de bulos y la relativa popularidad de teorías negacionistas la otra cara de la moneda?
Vivimos en un mundo en donde la verdad se ha torcido por diferentes razones, sean políticas, económicas u otras. Vivimos en un tiempo de Post-Verdad. Desafortunadamente, hay mucha gente con posiciones de poder que son los primeros en divulgar estas teorías negacionistas, y disponen de las herramientas perfectas, como las redes sociales. Por eso en mi capítulo he resaltado y hablado de la palabra ‘Libertad’; esta palabra ha sido utilizada continuamente, pero de manera incorrecta porque la libertad no es solo una cosa subjetiva o individualista. Como dijo Nelson Mandela:
"Porque ser libre no es simplemente desprenderse de las propias cadenas, sino vivir de forma que se respete y mejore la libertad de los demás.”
Así, lo que me preocupa es cómo las palabras son utilizadas. Todos tenemos que ser muy preciso y cuidadosos en la utilización del lenguaje. Kipling dijo en 1923 a cirujanos en Londres, “Las palabras son la droga más poderosa utilizada por la humanidad”.
Una pregunta ligada a la actualidad sanitaria española: fundamentalmente en Atención Primaria, pero también cada vez más en la atención hospitalaria, se oyen voces que reclaman un trato más digno y justo a quienes desarrollan esa labor. ¿Cree que la humanización es posible sin un trato adecuado y respetuoso al profesional sanitario? ¿O no es excusa y el cuidado del paciente debe prevalecer, en cualquier circunstancia?
Es una muy buena pregunta. Me hierve un poco la sangre porque parece que la gente ha olvidado los sacrificios hechos por los profesionales sanitarios. No tenemos que olvidar también a otros trabajadores esenciales, como transportistas, personal de limpieza y otros, que también salvan vidas. La memoria de la gente es efímera y, aunque me duele decirlo, a veces el egoísmo y mezquindad prevalecen; recordemos la gente cantando de sus balcones en apoyo de los profesionales sanitarios, diciendo que eran ‘héroes o superhéroes’. ¿Y ahora?
Yo creo que cada ser humano tiene que tratar al ‘otro’ con respeto y con dignidad, independientemente de quienes son, y creo que la compasión o simpatía necesitan darse en ambas direcciones. Porque si no, no funciona. Ahora mismo, más que nunca, es el momento de apoyar a todos los que trabajan en la sanidad española, y otra cosa muy importante que no tenemos que olvidar es defender la sanidad pública.
Una última pregunta, sobre Asomega: ¿percibe una diferencia en el carácter de los gallegos que los hace especialmente proclives a la empatía y cercanía que requieren las profesiones sanitarias, como decía José Ramón Ónega?
¡Que pregunta y que compromiso! Efectivamente, para mi es un enorme honor ser miembro de Asomega. Y aunque no soy no gallego ni médico, como dije en Santiago de Compostela en mayo, cada vez me siento un poco más gallego y médico, y eso es gracias a la amistad y gran apoyo del Dr. Ancochea. El libro está dedicado, entre otros, “al Dr. Julio Ancochea y al Dr. Joan B. Soriano, por su convicción incansable en éste y en otros proyectos, ya que su fe constante en mí ha sido fundamental.”
Aunque no soy gallego, sí soy celta, medio irlandés y medio escocés. Hablando pues como celta, estoy completamente de acuerdo con José Ramon Onega, pero me gustaría añadir un pequeño matiz, los celtas son especialmente proclives a la empatía y cercanía, cualidades que requieren los profesionales sanitarios.
Roberto Fernández Álvarez (Ourense, 1967), médico de Atención Primaria en Allariz, ha ganado el XLI Premio Eduardo Blanco Amor de Novela Larga con su obra "A inmoral doutora Cons".
La novela ganadora fue seleccionada de entre un total de 25 originales presentados a este certamen organizado por la Diputación de Ourense en colaboración con la Fundación Eduardo Blanco Amor y que está dotado con 15.000 euros y una pieza escultórica de Acisclo Manzano. La concesión del premio lleva implícita la publicación de la novela por una editorial escogida por el ganador.
Roberto Fernández Álvarez durante su intervención en el Encontro de Verán de Asomega en Allariz en agosto de 2022.
El jurado destaca la “habilidad del autor para reconstruir un tiempo pasado” (concretamente la década de los 50 del pasado siglo XX) y un “retrato certero del rural gallego con un matiz ourensano”. En el fallo el jurado también resalta su tratamiento "bajo la perspectiva de género, la construcción de los personajes y un buen manejo de los diálogos, con guiños cercanos a la obra de Eduardo Blanco-Amor y Álvaro Cunqueiro".
Roberto Fernández participó el pasado mes de agosto en el Encontro de Verán de Asomega celebrado en el pueblo en el que ejerce como médico, Allariz. En aquel evento disertó sobre otro de sus libros, "Enfermos pobres, médicos tristes" en una charla llena de humanidad, erudición y buen humor.
Roberto Fernández se doctoró en 2014 con la tesis "El Médico, el paciente y la medicina rural en Ourense (1900-1975)", que tres años después derivó en un interesante y muy documentado libro divulgativo "Enfermos pobres, Médicos tristes: Historia crítica da medicina rural en terras esquecidas", que fue la base de su intervención en el Encontro.
Acceda aquí a su charla completa en Allariz el pasado mes de agosto:
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Más información