El profesor Emilio Bouza Santiago ha lanzado un mensaje directo y crítico sobre uno de los grandes problemas de la sanidad actual: la infección nosocomial. En su discurso de ingreso como académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), advirtió de la falta de implicación institucional para combatir esta amenaza silenciosa: “No existe una franca voluntad política ni una determinación clara para atajar debidamente este problema”. Ocupará el sillón número 17, correspondiente a la especialidad de Microbiología y Parasitología, área en la que es un referente nacional e internacional.
Bouza, socio de Asomega y antiguo integrante de su Junta Directiva, centró su intervención en un asunto que considera central en la práctica clínica contemporánea: la infección relacionada con la atención sanitaria que, según afirmó, es “la gran pandemia de nuestro tiempo en el entorno hospitalario”.
En su intervención —titulada “La infección nosocomial y su situación en España”—, advirtió que el problema afecta al 8,2% de los pacientes ingresados, según los últimos datos del estudio EPINE. Las infecciones más frecuentes son las urinarias, las del sitio quirúrgico, las respiratorias, las bacteriemias asociadas a catéteres y las provocadas por Clostridium difficile. Especialmente preocupante, afirmó Emilio Bouza, es su impacto en las unidades de cuidados intensivos, donde llegan a afectar a uno de cada cinco pacientes.
El profesor alertó también sobre la ausencia de progresos en el uso hospitalario de antibióticos: “En los hospitales de agudos españoles en los últimos diez años no hay una reducción significativa de la proporción de pacientes que reciben antibióticos”. Esa cifra permanece en el 40% en un día cualquiera. Reclamó además que los datos de infecciones nosocomiales se hagan públicos por centro, servicio e incluso profesional, y que el problema deje de considerarse como un daño colateral inevitable: “Debe entenderse como consecuencia de errores que pueden evitarse”, sentenció.
En su análisis, Bouza abordó también las implicaciones económicas del problema: las infecciones nosocomiales prolongan la estancia hospitalaria una media de ocho días y generan, solo en España, un coste estimado de unos 1.000 millones de euros anuales. A escala europea, el gasto se sitúa en torno a los 7.000 millones de euros. “Todo esto es hoy, a todas luces, una subestimación”, añadió.
Además, hizo un llamamiento a ampliar el enfoque: “Es necesario incorporar al control de la infección nosocomial a profesionales no primariamente sanitarios, como arquitectos, ingenieros o psicólogos”. También señaló la necesidad de extender las medidas de prevención a otros ámbitos más allá del hospital, como las residencias de mayores y centros de diálisis, donde también se producen este tipo de infecciones.
Como colofón a su intervención, el profesor Emilio Bouza compartió un decálogo de propuestas directas y concretas fruto de más de cinco décadas de experiencia clínica e investigadora. Con ellas, llamó a transformar la gestión de la infección nosocomial desde la raíz, con medidas que abarcan desde la gobernanza institucional hasta la transparencia, la responsabilidad profesional y la colaboración multidisciplinar. Estas son sus diez reflexiones finales:
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- Voluntad política real
“A mi juicio, no existe una franca voluntad política ni una determinación clara para atajar debidamente este problema.” - Planes que pasen del papel a la realidad
“No hay un verdadero plan regional ni nacional efectivo que salte del papel a la realidad. Y si existe, es obvio que no está proporcionando los resultados necesarios.” - Objetivos numéricos con consecuencias
“Es necesario establecer algunas cifras cuyo incumplimiento deba ir seguido de las correspondientes penalizaciones y su logro de los necesarios incentivos.” - Responsabilidad basada en capacidad, no jerarquía
“La responsabilidad de este control debería recaer sobre los más capaces en cada institución, con independencia de especialidades y de situaciones jerárquicas.” - Traducir cifras clínicas a datos económicos
“Los datos sobre dimensión numérica de las infecciones nosocomiales deberían ir acompañados de sus correspondientes equivalentes económicos. Lo que quizás haría entender mejor la dimensión del problema a los gestores.” - Transparencia total: publicar los datos por centros y servicios
“Las cifras pormenorizadas de infección nosocomial por centros y hasta por servicios y personas, deberían ser públicamente ofrecidas a la sociedad para que los pacientes pudieran tener en ellas un criterio a la hora de elegir institución y cuidadores.” - Equipos multidisciplinares también fuera del ámbito sanitario
“Es necesario incorporar al control de la infección nosocomial a profesionales no primariamente sanitarios, como por ejemplo arquitectos, ingenieros, físicos, químicos, psicólogos y otros.” - Prepararse para nuevos síndromes y patógenos
“En el futuro, a mi modo de ver, la resistencia a antimicrobianos no seguirá siendo un problema mayor, pero sí la presencia de nuevos tipos de enfermos con nuevas formas de riesgo, nuevos síndromes y nuevos patógenos.” - Ampliar la prevención más allá del hospital
“Las medidas de prevención de la infección nosocomial deben distenderse con la misma intensidad a nosocomios distintos del hospital.” - Dejar de considerarla inevitable
“La infección nosocomial debería dejar de ser considerada como una infortunada e inevitable complicación del quehacer profesional. Por el contrario, debe entenderse como consecuencia de errores que pueden evitarse.”
- Voluntad política real