La Red Española de Investigación en COVID Persistente (REiCOP) ha celebrado en CaixaForum Madrid su segunda jornada científica en un momento clave, tras el reciente reconocimiento de la COVID persistente como enfermedad crónica en la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad del Sistema Nacional de Salud. Este hito, largamente reclamado por pacientes y profesionales, supone un paso decisivo para garantizar una atención continuada y adaptada a las necesidades de quienes la padecen.

Pilar Rodríguez Ledo interviene en la inauguración de la jornada. A la izquierda, la ministra de Sanidad, Mónica García.
REiCOP, impulsada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), está presidida por Pilar Rodríguez Ledo, quien inauguró la jornada junto a la ministra de Sanidad, Mónica García. Rodríguez Ledo, ganadora del XXII Premio Nóvoa Santos de Asomega, subrayó que este reconocimiento “marca un antes y un después en el abordaje de la enfermedad y refuerza la importancia de seguir invirtiendo en investigación, atención integral y apoyo psicosocial a los pacientes”. La participación de Asomega en la red refuerza su compromiso con la investigación biomédica y con la búsqueda de soluciones colaborativas ante problemas de salud de gran impacto.
En la jornada se presentaron, además, líneas de investigación como la impulsada con financiación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), orientada a establecer una definición probabilística de la COVID persistente mediante inteligencia artificial y redes neuronales. Esta herramienta permitirá avanzar en criterios diagnósticos, identificación de perfiles clínicos y factores de riesgo, así como en un abordaje más personalizado de la enfermedad.

Joan B. Soriano, miembro de Asomega.
El impacto en la población pediátrica fue otro de los temas de mayor interés. Los especialistas advirtieron de que los menores no solo sufren síntomas físicos prolongados como fatiga o problemas de concentración, sino también consecuencias emocionales y educativas: absentismo escolar, menor rendimiento, ansiedad o depresión. Se subrayó la necesidad de coordinación entre los sistemas sanitario y educativo, con protocolos y recursos específicos que eviten la cronificación de desigualdades.
El programa incluyó mesas de debate, presentación de proyectos, foros interactivos y talleres centrados en el abordaje multidisciplinar y la salud emocional. Todo ello con un mismo objetivo: seguir sumando conocimiento científico y experiencia clínica para mejorar la atención a las personas con COVID persistente.