“Ojalá desaparezcan los cuidados oncológicos. Y la mejor manera es la prevención”

En su discurso de aceptación del Nóvoa Santos, Paz-Ares remarcó el papel clave del paciente, la investigación o la prevención en el futuro de la Oncología.

06/09/2025

Luis Paz-Ares, jefe de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, recibió el XXIV Premio Nóvoa Santos de Asomega con un discurso que fue mucho más allá del agradecimiento. El gallego, referente internacional en cáncer de pulmón y uno de los ponentes de la próxima jornada "Visionarios" promovida por Asomega, ofreció una reflexión amplia sobre la evolución de la Oncología y los retos que definirán su futuro inmediato.

Luis Paz-Ares durante su discurso sobre el presente y futuro de la Oncología.

“El oncólogo médico es la persona que dirige la orquesta de los cuidados oncológicos en el medio hospitalario”, comenzó, para a continuación remarcar que esta tarea se enmarca siempre en un equipo multidisciplinar. Subrayó la creciente complejidad de la especialidad y la necesidad de una formación médica profunda: “Si no se entiende la patogenia de la enfermedad oncológica, será difícil que sepamos por qué se ha hecho resistente o cómo debemos tratarla”.

Del laboratorio al hospital: integrar ciencia y asistencia

Paz-Ares insistió en que la investigación básica y traslacional resultan indispensables para comprender los mecanismos moleculares del cáncer y avanzar en nuevos tratamientos. A su juicio, la frontera entre la asistencia clínica y la investigación es cada vez más difusa: “Si no tratamos a los pacientes en la vanguardia, probablemente no les estamos dando el mejor tratamiento”. Por ello recomendó a los jóvenes oncólogos pasar un tiempo en laboratorios de excelencia, experiencia que calificó como decisiva en su propia trayectoria.

La organización de los servicios de Oncología ocupó buena parte de su intervención. Reivindicó que los departamentos integren perfiles cada vez más diversos —genómica, bioinformática, inteligencia artificial— y fomenten una dinámica investigadora interna.

Defendió también el modelo de centros integrales de cáncer hacia el que avanza Europa, con capacidad para aglutinar equipos multidisciplinares, infraestructuras de última generación y líneas de investigación propias.

Señaló, sin embargo, que este enfoque no excluye a los hospitales de proximidad: la clave está en concentrar la complejidad en centros de referencia, mientras que la mayor parte de los tratamientos pueden y deben realizarse en centros más cercanos al paciente, integrados en una red que garantice continuidad y equidad asistencial.

Más allá del tratamiento

Otro de los ejes de su discurso fue la figura del paciente, que ha pasado de desconocer el diagnóstico hace apenas unas décadas a reclamar un papel activo en la toma de decisiones. Para Paz-Ares, el reto actual consiste en acompañarlo, garantizar su acceso a información veraz y facilitarle una relación más fluida con los servicios hospitalarios.

Subrayó que la información no debe limitarse a explicar la enfermedad, el pronóstico o las opciones terapéuticas, sino que debe abarcar también la manera en que el paciente vive y transita por el hospital. Puso como ejemplo la experiencia de una mujer que pasó más de una hora buscando el servicio de Oncología en su primera visita, un contratiempo que ilustra cómo la accesibilidad, la orientación y la organización interna son también parte del cuidado oncológico.

“Tenemos que hacer el hospital accesible, ayudar al paciente a manejar sus síntomas y guiarlo en el uso de la información que le proporcionamos o que encuentra en internet y en las aplicaciones”, explicó. A su juicio, dedicar tiempo a este acompañamiento es fundamental para que los enfermos se sientan partícipes y más seguros en su proceso asistencial.

Mismo cáncer, distintas oportunidades de tratamiento

La equidad, señaló, es todavía una asignatura pendiente: “El análisis genético que tienen los tumores de todos los pacientes en el país no es el mismo dentro de una misma ciudad. Muchas veces varía de un hospital al hospital de enfrente”. Un hecho que consideró inaceptable y que debe corregirse con una mejor organización en red.

Finalmente, lanzó un mensaje de gran calado: “Ojalá desaparezcan los cuidados oncológicos. Y la mejor manera de que desaparezcan es que haya prevención”. Recordó que el tabaquismo sigue siendo responsable de un porcentaje sustancial de tumores y apeló a la experiencia de la reducción de la mortalidad cardiovascular como ejemplo de lo que la prevención puede lograr.

El discurso de Paz-Ares, tejido con rigor y visión estratégica, se convirtió así en una defensa del conocimiento, la organización y la investigación como caminos imprescindibles para que la Oncología avance y, en última instancia, logre hacer innecesaria su propia existencia.

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