El investigador coruñés Luis Blanco Dávila, referente internacional en biología molecular, ha sido distinguido como Biólogo Gallego del Año, en reconocimiento a una carrera científica marcada por avances pioneros y de enorme impacto en la biotecnología. El nombramiento, otorgado por la Colexio Oficial de Biólogos de Galicia, resalta especialmente su papel en el descubrimiento y explotación de la ADN polimerasa del fago Phi29, que dio lugar a la patente más rentable de la historia científica española.
Luis Blanco, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, ha dedicado gran parte de su trayectoria al estudio de las enzimas encargadas de copiar nuestro material genético. Su trabajo, iniciado junto a la célebre bioquímica Margarita Salas, no solo ha generado conocimiento básico de gran valor, sino también aplicaciones prácticas en diagnóstico genético, criminología y medicina de precisión. Además, Blanco recibió el Premio Carmen y Severo Ochoa en 2014 y en 2024 fue nombrado miembro de la Academia Europaea.
Este galardón reconoce no solo los logros científicos, sino también su papel como impulsor del conocimiento aplicado y su firme defensa de la investigación básica. En una entrevista ofrecida hace algunos años, Blanco explicaba con claridad su visión de la ciencia como un viaje hacia lo desconocido: “La investigación básica en ocasiones es investigar algo que parece que no se entiende. Y solamente escarbando en algo que uno no entiende y acabando de entenderlo, es cuando pueden surgir cosas realmente nuevas”.
Esa apuesta por explorar sin certezas fue precisamente lo que llevó a Blanco y su equipo a patentar en 1989 una enzima hasta entonces desconocida fuera de los círculos académicos. Décadas más tarde, esa misma polimerasa se convertiría en una herramienta clave en técnicas de amplificación de ADN, y en el motor económico que impulsó nuevas líneas de investigación, becas para jóvenes científicos e incluso empresas derivadas en el sector biotecnológico.
El éxito de esta tecnología ha llevado a que compañías de todo el mundo comercialicen variantes de la polimerasa Phi29, muchas de ellas diseñadas para la secuenciación de genomas humanos a partir de una sola célula. “Yo siempre hablo de las polimerasas como las escritoras del DNA”, comentaba Blanco, destacando su potencial para reescribir el futuro de la medicina personalizada.
Con este reconocimiento, Galicia celebra a uno de sus científicos más ilustres, cuyo legado es ya parte de la historia viva de la ciencia española y europea.