Con una energía contagiosa y un mensaje claro, José Marcilla, experto en liderazgo de equipos y presidente de la región LACan (Latinoamérica y Canadá) de Novartis protagonizó en “Visionarios 2025” una conferencia que fue mucho más allá de una charla motivacional: consistió en un llamamiento urgente a reinventar el liderazgo en el ámbito sanitario y en la vida misma.

En la pantalla, José Marcilla, experto en liderazgo de equipos y presidente de la región LACan (Latinoamérica y Canadá) de Novartis. Debajo, Julio Ancochea.
Moderado por Julio Ancochea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital de La Princesa y coordinador de la jornada, Marcilla atrapó a la audiencia con una narrativa cercana, reflexiva y profundamente práctica.
Marcilla arrancó con un dato demoledor: solo uno de cada tres empleados en las empresas se siente realmente comprometido con su trabajo. “El 82% no confía en sus jefes, y tres de cada cuatro considera que tiene malos líderes”, señaló. Esta realidad exige un cambio radical en las formas tradicionales de dirigir, donde el líder ya no puede limitarse a ser jefe, sino que debe convertirse en un inspirador que haga soñar y crecer a su equipo.
Para ello, según el ponente, el liderazgo es un proceso de evolución personal. Pasamos por tres “montañas”: la primera, lograr resultados y reconocimiento personal; la segunda, alcanzar la satisfacción ayudando a los demás a crecer; y la tercera, descubrir el propósito que da sentido último a nuestra labor y vida. “Mi propósito es desarrollar líderes que hagan del mundo un lugar mejor”, confesó.
En el diálogo posterior con Julio Ancochea profundizó en las competencias clave de un líder efectivo: desde decidir con valentía y crear valor hasta adaptarse al cambio y generar confianza. Marcilla insistió en la importancia de la empatía, la escucha activa y la vulnerabilidad, características que marcan la diferencia entre un buen líder y un jefe que solo ordena. Puso sobre la mesa las “cuatro C”: cultura, confianza, cambio y coaching, y agregó una quinta: la curiosidad, llave para aprender, desaprender y reaprender en un entorno cada vez más incierto y tecnológico.
El experto no esquivó el impacto de la inteligencia artificial: “Tenemos que ir siempre un paso adelante, porque el terremoto de la IA ha llegado para quedarse”. Sin embargo, también advirtió que las conversaciones difíciles, sobre todo en equipos, deben afrontarse cuanto antes para crecer juntos.
Marcilla cerró con una reflexión inspiradora: “El liderazgo se aprende equivocándose, dedicándole tiempo y disfrutando. Un líder lleva a su gente no solo a donde quiere ir, sino a donde debe ir para ser la mejor versión de sí mismos. Con liderazgo, construiremos un mundo más justo y humano.”Ante la escucha atenta de médicos, investigadores y profesionales, esta conferencia dejó claro que el futuro de la salud no solo pasa por la tecnología y la ciencia, sino también por líderes capaces de activar el talento humano.