Felipe Couñago es miembro de Asomega, director médico de GenesisCare y, sobre todo, un oncólogo radioterápico que a través de su práctica médica ha hecho suya la reclamación de la "Medicina con alma" que plantea Asomega.
En una reciente Charla TED pronunciada en Albacete, transmite una verdad incómoda: el éxito profesional brilla en títulos y congresos, pero se quiebra en la fragilidad real. Tras el Covid, que le dejó sin aire ni identidad médica, se sienta en casa viendo a su hijo de ocho años jugar, mientras su mujer intenta animarlo. Ahí, en silencio, entiende que "el éxito es algo mucho más frágil y más profundo de lo que creemos". No se trata de subir peldaños, sino de coherencia: estar entero para familia, pacientes y equipo, no a medias.

Con ternura cruda, evita lo sentimental y opta por un tono confesional, casi íntimo. Su mensaje central vibra en las vidas ajenas que le sostienen. Un paciente con cáncer pancreático irresecable no pregunta por supervivencia, sino: "¿Crees que podré volver a llevar a mi nieta al parque?". Seis meses después, tras cinco sesiones de radioterapia guiada por resonancia, lo logra. Otro, terminal por compresión medular, le recibe con sonrisa perpetua: "La vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa". Estas anécdotas no son adornos; son el combustible que le impulsa a liderar GenesisCare, curando próstatas en cinco días sin toxicidad y elevando supervivencias del 50% al 65%.
Couñago invita a mirar más allá de las cifras —supervivencia global, libre de progresión— hacia la calidad de vida que pacientes reportan. La investigación, insiste, es responsabilidad: "No te vamos a abandonar". En un futuro robótico, la IA no nos robará el alma, sino que la liberará para escuchar anhelos del paciente, más vitales que tamaños tumorales. Su tono, esperanzado pero realista, celebra avances como aceleradores por resonancia o inmunoterapias, siempre al servicio de personas.
Cierra con una invitación radical: éxito es "despertarse viendo los ojos de las personas a las que amo, aliviar el dolor de un paciente, acompañar aunque no cure". Cita a Eleanor Roosevelt, a quien a menudo recurre a Julio Ancochea, presidente de Asomega, en concreto a su convicción de que "el futuro pertenece a los que creen en la belleza de sus sueños".
Felipe Couñago vive su charla, transmite que la medicina gana cuando recupera el corazón. Una llamada a soñar, incluso en la batalla invisible.