Lola Rodríguez Nogueira: "Trabajar con Paz-Ares es estimulante, te obliga a cuestionarte las cosas"

Paz-Ares destina el Premio Nóvoa Santos para investigación a esta joven oncóloga a la que motiva "la amplitud y potencial clínico" de su especialidad.

17/06/2025

Desde Chicago, donde ha asistido al congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), la joven investigadora gallega Lola Rodríguez Nogueira contesta a esta entrevista tras haber sido reconocida con la distinción del Premio Nóvoa Santos a un joven investigador gallego por designación del oncólogo Luis Paz-Ares —ganador de esta convocatoria—. La otra parte, destinada a un proyecto destacado en humanización sanitaria, será para la asociación Aspronaga.

Viguesa, médica formada en Madrid y con una incipiente carrera centrada en la investigación del microbioma y su influencia en la inmunoterapia del cáncer de riñón, agradece el reconocimiento con humildad y sentido de la responsabilidad. En esta conversación reflexiona sobre su vocación, el aprendizaje constante en un entorno clínico de excelencia como el Hospital 12 de Octubre y el valor de sus raíces gallegas como impulso vital y profesional.

Lola Rodríguez Nogueira.

Lola Rodríguez Nogueira.

¿Gallega de dónde? ¿Cómo ha sido tu trayectoria académica?
Soy Viguesa. Aunque nací en A Coruña, Vigo y el Val Miñor siempre han sido mi verdadera casa y los lugares con los que me identifico. Viví allí hasta los 18 años y toda mi familia sigue en Galicia, salvo mi hermano y yo. Ambos residimos ahora en Madrid, aunque él pasa temporadas allí y yo también vuelvo siempre que puedo.

Estudié Medicina en la Universidad Complutense de Madrid y actualmente me encuentro en una etapa de mi carrera en la que tengo muchísimo que aprender y quiero aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece un entorno abierto como el que tengo ahora. Aun así, me gustaría volver algún día y poder devolver allí parte de lo aprendido. Pero no es algo que contemple en esta fase tan inicial de mi formación.

¿Qué supone para ti recibir este reconocimiento en una etapa tan temprana de tu carrera investigadora?
Sinceramente, me siento un poco abrumada. Estoy en una etapa muy inicial de mi camino investigador y tengo muchísimo que aprender. Lo vivo con mucha gratitud y también con un gran sentido de la responsabilidad.

¿Cómo recibiste la noticia de que el doctor Luis Paz-Ares te había escogido como destinataria de esta parte del Premio Nóvoa Santos?
Recibí la noticia en el entorno más simbólico posible: ambos nos encontrábamos en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología, en Chicago, presentando trabajos del año.

¿Qué significa para ti que un referente internacional en oncología como él haya confiado en tu potencial?
Que el doctor Paz-Ares haya confiado en mí significa mucho. Lo agradezco de verdad y lo entiendo como una responsabilidad. Sentir ese apoyo en un momento tan temprano de mi carrera es un impulso importante para seguir trabajando con seriedad y aprendiendo cada día.

¿Cómo es para Lola Rodríguez Nogueira trabajar con el doctor Paz-Ares?
En una palabra: estimulante. En el día a día y especialmente en la consulta, te obliga a cuestionarte cosas constantemente. No se trata solo de encontrar respuestas, sino de aprender a hacerse buenas preguntas. Y eso es lo que más impulsa el crecimiento.

Estás iniciando tu tesis doctoral sobre el papel del microbioma en la inmunoterapia del cáncer de riñón. ¿Puedes explicarnos, en líneas generales, en qué consiste esta investigación y qué impacto podría tener en la práctica clínica?
Buscamos describir patrones microbianos, tanto de la flora intestinal como urinaria, que ayuden a predecir la respuesta, resistencia y toxicidad a la inmunoterapia en tumores renales y uroteliales. Las aplicaciones van desde intervenciones sencillas, como la dieta, hasta estrategias más complejas de modulación del microbioma.

¿Qué te llevó a interesarte por este campo tan específico de la oncología y la inmunoterapia?
Es un campo en auge y estoy convencida de que cada vez tendrá más protagonismo. Me atrajo porque es un tema transversal en oncología: integra mecanismos inmunológicos, moleculares y microbianos. Además, sus aplicaciones van desde intervenciones tan accesibles como la dieta —como ha ocurrido con el ejercicio— hasta terapias innovadoras de modulación dirigida. Esa amplitud y potencial clínico es lo que más me motiva.

¿Qué papel juega la colaboración con equipos multidisciplinares, como el del Hospital 12 de Octubre, en tu formación e investigación?
Esencial. El alcance de lo que uno puede hacer viene muy determinado por el entorno: los mentores que te guían, los recursos disponibles y la cultura de trabajo que te rodea. Tener acceso a profesionales de distintas áreas, con experiencia y visión, marca la diferencia y amplía enormemente tu forma de pensar y aprender.

Como gallega desarrollando tu carrera fuera de Galicia, ¿cómo valoras tus raíces y su influencia en tu vocación profesional?
No tengo claro si es algo que se pueda llamar “gallego”, pero sí que lo aprendí en Galicia: en mi casa siempre ha habido una cultura de esfuerzo muy marcada, heredada de una familia con historias de trabajo duro, responsabilidad desde muy jóvenes y también de emigración, como la de mis abuelos, que tuvieron que buscar fuera de España lo que no encontraban en casa.

¿Qué mensaje te gustaría trasladar a otros jóvenes investigadores gallegos que están comenzando en ciencia y medicina?
Que intenten rodearse de buena gente, que escuchen mucho y que no tengan miedo a salir fuera si eso les permite crecer. Se aprende tanto de lo que sale bien como de lo que no.