IA y genética revolucionan el cribado y tratamiento precoz del cáncer de pulmón

Luis Seijo y Luis Paz-Ares destacan cómo la IA y los perfiles moleculares cambian el paradigma del cáncer de pulmón desde el diagnóstico.

11/12/2025

En el marco de la jornada Visionarios 2025, en la que colaboró Asomega, tuvo lugar la mesa "Medicina personalizada en cáncer de pulmón", en la que Luis Seijo y Luis Paz-Ares pusieron el foco en la precisión desde el principio: IA para cribar mejor y genética para tratar subtipos específicos, atacando el problema de que el 70% de los cánceres pulmonares se diagnostican avanzados.

Luis Paz Ares y Luis Seijo intervienen en la jornada Visionarios en la mesa sobre cáncer de pulmón.

Luis Seijo, director de Neumología de la Clínica Universidad de Navarra, arrancó reconociendo la explosión de IA en imagen médica, aunque no dejó de señalar algunas de las trabas que presenta: "¿Quién paga? ¿Quién responde legalmente si falla? ¿Cómo validamos sesgos humanos que se cuelan en los algoritmos?".

Pese a ello, sus ventajas son evidentes. Destacó que, aunque la radiografía de tórax sigue siendo un método accesible y frecuente para la detección del cáncer de pulmón, presenta un problema importante: el 56% de los cánceres no se detectan por falsos negativos. Sin embargo, la IA puede aumentar su sensibilidad del 20-60% hasta el 80-94%, acercándose a la precisión de un TAC. Este dato se basa en el estudio CREATE, que incluyó a pacientes reales en cinco países, con una mayoría de varones y no fumadores.

Para hacer el cribado más eficiente y rentable, Seijo explicó la importancia de centrar la atención en pacientes de alto riesgo. Por eso, herramientas como LungFlag utilizan algoritmos para evitar cribados innecesarios. Otro avance destacable es la detección de nódulos pulmonares mediante programas como Median LCS, que opera ya en cientos de centros en Estados Unidos y Europa. Este sistema no solo detecta los nódulos, sino que también ayuda a clasificarlos según su probabilidad de malignidad, incluso en casos complicados.

Otro proyecto pionero es CASSANDRA, con casi un millar de voluntarios, que usa la IA para generar borradores estandarizados de informes que incluyen la evaluación de nódulos, enfisema, calcificaciones coronarias y grasa hepática a partir de un TAC. O herramientas predictivas como SYBIL, que anticipa el desarrollo de cáncer hasta seis años antes con una precisión notable.

Seijo resumió que la IA es una ayuda clave para optimizar el cribado, gestionar hallazgos incidentales e incluso evaluar riesgos cardiovasculares, haciendo el proceso mucho más fiable y eficiente.

Conocer los “apellidos genéticos” del cáncer

Por su parte, Luis Paz-Ares, jefe de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre y reciente Premio Nóvoa Santos de Asomega, abrió su intervención con una radiografía cruda de la enfermedad que mata a 24.000 españoles al año: "Es la enfermedad maligna más mortal del mundo occidental. Se fuma mucho, no hay cribado generalizado y el 70% se diagnostica en fases avanzadas", explicó.

Pero hay espacio para la esperanza: "Las últimas dos décadas nos han dado dos hitos: entender las anomalías genéticas que inician el cáncer y conocer cómo evade al sistema inmune. Ahora tenemos fármacos que bloquean esas vías".

Recordó que a principios de los 2000 “probamos cuatro cócteles de quimioterapia de tercera generación. Todos daban lo mismo: 7-8 meses de mediana supervivencia en estadio IV. Desgraciadamente patético". Hoy el foco está en las alteraciones genéticas específicas que definen subtipos de cáncer con tratamientos a medida.

Paz-Ares ilustró esto con el gen EGFR, descubierto hace 20 años: en condiciones normales, un ligando lo activa como receptor en la membrana celular, pero mutado "se queda pulsado permanentemente, como un timbre todo el día", impulsando proliferación constante y bloqueando la muerte celular programada. "Esto es básicamente el inicio del cáncer de pulmón", concluyó.

Pero no basta con saber que es cáncer: “Hay que conocer sus 'apellidos genéticos': EGFR, ALK, KRAS y otros", detalló. Las biopsias suelen ser minúsculas, por lo que aboga por la ultrasecuenciación —que analiza varios genes a la vez—. "En el 20% no hay material suficiente. Ahí entra la biopsia líquida: un simple análisis de sangre detecta ADN tumoral en el 90% de casos avanzados, revelando mutaciones tratables en un 15% adicional, sobre todo no fumadores. Ve el tumor entero, no solo los 2 mm pinchados", explicó.

Con ello, el salto terapéutico es brutal. Hoy, algunos subgrupos de pacientes con cáncer de pulmón viven años donde antes apenas se les podía ofrecer unos meses. Los tratamientos dirigidos contra alteraciones concretas del tumor han permitido lograr respuestas profundas y duraderas, y en determinados casos mantener la enfermedad controlada a largo plazo.

Incluso en los tumores más agresivos, como el cáncer de pulmón microcítico ligado al tabaco, empiezan a aparecer nuevas inmunoterapias capaces de activar las defensas del propio paciente. Según Paz-Ares, ya no se trata solo de “encoger” el cáncer durante un tiempo, sino de abrir la puerta a que parte de estos pacientes aspire a supervivencias impensables hace dos décadas.

El especialista lamentó las desigualdades en el acceso a la innovación en España y subrayó la importancia de la investigación traslacional, que conecta la ciencia básica con la clínica para acelerar la aplicación de los avances. Defendió una ciencia humanista y ética, comprometida con mejorar la vida de quienes realmente importan: los pacientes.

En definitiva, Seijo y Paz-Ares tejieron diagnóstico y terapia en un flujo lógico: la IA rescata radiografías baratas, afina cribados para alto riesgo y predice amenazas ocultas como EPOC o infartos; mientras que la genética desentraña subtipos, catapultando la supervivencia de meses a años con fármacos que cortan disregulaciones o evasión inmune.