Jonathan McFarland, miembro de Asomega y promotor de la iniciativa The Doctor as a Humanist, comenzó su intervención en estas jornadas parafraseando a T. S. Eliot cuando hablaba de ser "un punto inmóvil en un mundo que gira". En este sentido, abogó por que esta cita se convierta en "un momento de reflexión para reiniciar, de hacer grandes cosas siempre juntos para reforzar una conexión más integra con el mundo que nos rodea".
El simposio virtual "Nature & Medicine: Restoring the balance between Earth and Health", que ha contado con el apoyo de la Cátedra RespiraVida de la UAM y GSK, dirigida por el presidente de Asomega, Julio Ancochea, ha reunido durante dos jornadas a más de 150 asistentes que han tenido la oportunidad de reflexionar sobre la relación entre salud y naturaleza.
Su punto de partida ha sido que el mundo que hoy habitamos tiene en el cambio climático su mayor amenaza para la salud global y el impacto de la Covid-19 ha supuesto un toque de atención respecto a la necesidad de reparar nuestra relación con la naturaleza. El equilibrio, por tanto, entre los dos ámbitos se manifiesta imprescindible, y, como ha dicho el propio McFarland en la clausura, "vamos a usar la naturaleza para construir el puente entre las ciencias y las humanidades".
En el manifiesto del simposio se asegura que "como profesionales de la salud tenemos una posición privilegiada en la sociedad que debemos utilizar para crear un futuro más saludable y sostenible. Tenemos la oportunidad única de conectarnos con la vida interior de nuestros pacientes y debemos honrar ese privilegio al participar en una reflexión profunda y promover el cambio social".
La clave para ello también la da el manifiesto: "Debemos re-humanizar la Medicina".
The Doctor as a Humanist se constituyó en octubre de 2017 con su primer simposio en Palma de Mallorca. Su objetivo fue responder a la pregunta de si las Humanidades podrían transformar la Medicina del siglo XXI y, en palabras de McFarland, “hacer la práctica médica más humana y empática y enfatizar la relación médico-paciente ya que nunca debemos olvidar que, al final, estamos hablando de personas, y como pacientes tienen el derecho a una relación que considere sus necesidades emocionales, psicológicas y humanas ”. Ya entonces surgió el lema “devolver el corazón y el alma a la medicina”.
Posteriormente la Universidad Sechenov (Moscú) acogió un nuevo simposio en 2019, y se celebraron otros dos virtuales en 2020. En ellos se sembraron las semillas de esta nueva cita, ya que durante las charlas, debates y preguntas se habló de la interrelación entre naturaleza y salud. ¿Quizás la pandemia fue el resultado del creciente desequilibrio en el mundo natural? Esta pregunta recurrente motivó la planificación del simposio ahora celebrado.
La iniciativa ha contado además con el apoyo de Ars Medica, McGraw Hill y las universidades de Anáhuac (México), Sechenov (Rusia) y Glasgow (Escocia).
La implicación de Asomega en el proyecto queda también de manifiesto en la participación de algunos de sus socios. Empezando por su presidente, Julio Ancochea, el propio McFarland, Joan B. Soriano y Esther Barreiro, que han presentado sendas mesas en el simposio.
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