Fotos de ayuda, escucha, empatía: la imagen de una asistencia humanizada

Se trata de la segunda edición del Concurso de Fotografía "Escenas Humanas", organizado por la Comisión de Calidad Percibida y Humanización del Hospital de La Princesa de Madrid, con el respaldo de la Cátedra UAM-Chiesi. Un total de 46 fotografías han participado en la propuesta, dirigida a los profesionales del centro.

El primer premio fue para la enfermera Ana Urruela, del Servicio de Hematología, con su fotografía "Notas de fortaleza para el alma", que muestra una guitarra como compañera inseparable durante las largas horas de hospitalización.

"Reencuentro Sanador", del especialista en Medicina Interna Arsenio Sancha, obtuvo el segundo premio. Su trabajo capta la alegría de un paciente que en Nochebuena recibe la inesperada visita de su amigo más fiel, su perro. La fisioterapeuta María Teresa Hernández se hizo con el tercer premio con su fotografía "Reaprendiendo a caminar desde la sonrisa", que refleja cómo la compenetración entre profesional sanitario y paciente es la mejor aliada para la recuperación. 

El acto de entrega de premios, conducido por el director gerente del centro, José Julián Díaz Melguizo, se llenó de emoción cuando, de manera imprevista, la paciente protagonista de la fotografía ganadora pidió interpretar con su guitarra una canción, que fue ovacionada por los asistentes. 

Los premios fueron entregados por el presidente de Asomega, Julio Ancochea, jefe de Servicio de Neumología y director de la Catedra UAM-Chiesi, la paciente Cecilia Salvador y la directora de Humanización de la Consejería de Sanidad, Celia García Ménendez.

Tras la conclusión del certamen fotográfico, el público se trasladó al vestíbulo principal para escuchar un breve concierto de piano del alumno de Medicina y profesor de este instrumento, Javier Sánchez Pintos, que supuso la inauguración del programa "Humaniza con tu música La Princesa". Gracias a esta iniciativa, un piano procedente de la Fundación Piano Vius se ha instalado en el vestíbulo para ser tocado de manera libre por quien lo desee.